Con el alma encendida y el corazón palpitando en cada lanzamiento, Venezuela se coronó campeón mundial de softbol masculino tras vencer 3-0 a Nueva Zelanda en la gran final disputada en el Prime Ministers Park de Prince Albert. Este triunfo representa el primer campeonato mundial en la historia del país en esta disciplina, un logro que nos une como nación y eleva el nombre de Venezuela a lo más alto del deporte internacional.
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Una travesía de garra y talento para llegar a la cima
El camino hacia la gloria no fue fácil. Venezuela, número 5 del mundo, enfrentó una fase de apertura desafiante, donde derrotó precisamente a Nueva Zelanda 7-2 en la última jornada para clasificar a la Super Ronda. Con dos victorias y una derrota en la ronda inicial, los nuestros mostraron desde el primer juego que tenían hambre de grandeza.
En la Super Ronda, el equipo criollo mantuvo el enfoque y la intensidad, superando cada obstáculo con disciplina y pasión al despachar a Estados Unidos 6 a 4, para asegurar su segunda aparición en una final mundial (la anterior fue en 2013). Con esta hazaña, ya acumula tres medallas históricas: Plata en 2013, bronce en 2015 y ahora oro en 2025.
Maiker Pimentel, el héroe de la final
Si alguien merece una ovación de pie, es Maiker Pimentel, cuyo rendimiento fue simplemente legendario. Desde el montículo, lanzó cuatro entradas de pura calidad, permitiendo solo un hit y ponchando a siete rivales, antes de salir brevemente por una lesión. Pero como los verdaderos guerreros, regresó en el momento clave del sexto episodio luego de una infiltracón en su tobillo lastimado, con corredores en segunda y tercera, y resolvió con temple para mantener el cero. Su actuación fue el reflejo del carácter de este equipo: firme, resiliente, valiente.
Golpes de poder que definieron la historia
Pedro Flores encendió la chispa con un cuadrangular monumental en el tercer inning. Kleiver Rodríguez remató la faena con otro jonrón en el sexto, trayendo dos carreras más y asegurando el marcador final.