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El ambiente dentro del clubhouse de los Dodgers de Los Ángeles parece estar lejos de la armonía que suele caracterizar a uno de los equipos más consistentes de la MLB en la última década. Luego de ser barridos en casa por los Cerveceros de Milwaukee durante la serie del fin de semana, las señales de tensión no se han hecho esperar, especialmente después de las declaraciones del veterano lanzador Clayton Kershaw.
El zurdo, quien fue el abridor del domingo, tuvo una salida discreta pero aceptable. Trabajó durante 4.1 entradas, permitió cinco imparables, una carrera limpia, otorgó una base por bolas y ponchó a dos bateadores. Sin embargo, se fue sin decisión y el bullpen no pudo evitar la derrota que completó la barrida de Milwaukee.
Las palabras que no se dijeron: el silencio de Kershaw habla por sí solo
Tras el encuentro, Kershaw fue abordado por los medios en la sala de prensa, pero su respuesta dejó entrever que la situación interna no es la mejor. “No tengo mucho que decir. Me voy a meter en problemas, así que mejor lo dejamos así”, declaró el lanzador zurdo ante la pregunta sobre el mal momento del equipo.
Estas palabras, aunque escuetas, han encendido las alarmas en Los Ángeles. El hecho de que un referente como Kershaw prefiera guardar silencio para no comprometerse con la organización deja entrever posibles tensiones internas o descontento con decisiones recientes, ya sea desde el cuerpo técnico o la gerencia.
Los Dodgers, en busca de una reacción urgente
Con esta nueva barrida en contra, los Dodgers han acumulado una preocupante racha negativa que podría afectar su posición en la División Oeste de la Liga Nacional. A medida que avanza la temporada, la presión sobre el manager y los jugadores crece, y será fundamental ver cómo responde el equipo ante esta adversidad.