Incluso para quienes seguimos el día a día de las Grandes Ligas, en estos momentos tenemos dificultades para escribir sobre Miguel Cabrera, motivado no por la ausencia de material, sino porque cuesta aceptar la inevitable realidad, simplemente el retiro es algo que atañe a todos los beisbolistas, a todos los atletas.
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Cuando el baje el telón durante la jornada del domingo, el Señor Miggy bastante alto dejará el listón tanto para los integrantes actuales y futuros de la delegación venezolana en las Mayores, también para cualquiera que sea un bigleaguer; cuando mencionamos su nombre nos referimos a uno de los mejores de su generación, uno de los más destacados de siempre.
Fueron tantos los momentos que nos brindó el muchacho de La Pedrera, que tampoco es sencillo poder elegir esos mejores instantes a lo largo de una extensa y nutrida trayectoria de 21 campañas. Pero al propio José Miguel dejamos esa escogencia.
En un material audiovisual publicado en la cuenta X de los Tigres de Detroit, él mismo comenzó por citar su desempeño ante los Guardianes de Cleveland, contra ellos y previo a la jornada de este viernes, llevaba promedio de bateo en .307 con 283 hits, 50 cuadrangulares, 176 carreras empujadas y .897 de OPS.
Del mismo modo, la ciudad de Cleveland representó para el Tigre Mayor su momento favorito con la afición, cuando un joven seguidor de los entonces Indios lo “increpó” desde los asientos ubicados encima del dogout felino; aquel chico sacó sonrisas y gestos del criollo que un poco más tarde en ese mismo juego, le obsequió un bate y par de guantines.
Sobre el pitcher predilecto que enfrentó, Cabrera en realidad se refirió a cualquier serpentinero traído desde el bullpen.
Respecto al vuelacercas que más disfrutó, señaló que muchos en su tierra se alegraron por su bestial tablazo ante Roger Clemens en el 4to partido de la Serie Mundial 2003 contra Yankees de Nueva York.
Asimismo, como el mejor momento vivido en postemporada con el uniforme bengalí, eligió el avance del equipo a la Serie Mundial 2012, tras completar barrida en 4 duelos sobre los Bombarderos del Bronx.
Uno de los más jocosos se refirió al jugador con quien más disfrutó conversar en la primera base; José Altuve fue el nombre que salió a relucir “porque es bajito” (risas).
Acerca del receptor con el que más disfrutaba conversar entre los juegos, ese fue Yadier Molina de los Cardenales de San Luis, quien siempre le preguntó “qué le iba a lanzar en el siguiente pitcheo”.
Asimismo, su batazo ganador favorito no vaciló en mencionar su primer cuadrangular en la MLB, conectado en su primer encuentro, ante las serpentinas del relevista Al Levine de los entonces Devil Rays de Tampa Bay y que le dio el triunfo a los Marlins de Florida 3x1 en 11 entradas.
Finalmente, sobre el premio predilecto recibido, se decantó por su primer Jugador Más Valioso, alcanzado en 2012, año de la Triple Corona donde dejó promedio de .330, OBP en .392, slugging de .606, OPS en .999, OPS+ de 164, 205 imparables, 40 dobles, 44 jonrones, 139 carreras empujadas, 109 anotaciones, 4 bases robadas y 66 boletos.