Desde antes de dar su paso al beisbol profesional, Miguel Cabrera causó grandiosas impresiones en su tiempo como jugador de categorías menores como prejunior y junior, su talento se desbordada en los diamantes y ni decir de su batazos, que ya recorrían largas distancias propias de peloteros de mayor nivel.
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La conjugación de sus cualidades para jugar al deporte de los bates, guantes y pelotas fueron la razón por la que en su momento los Marlins de Florida desembolsaron el bono más alto para algún talento venezolano; a sus 16 años recibió la bicoca de 1.900. 000 dólares, 3.505.634,65 en su valor actual. Esa fue la razón por las que el muchacho de La Pedrera paró las rotativas de la prensa deportiva del país.
Gracias a ese desbordante talento, meses después de unirse a los peces debutó en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP) con Tigres de Aragua, también a sus 16 primaveras, una edad en la que la mayoría de los peloteros se desenvuelven en la categoría juvenil.
No pasó mucho tiempo para que el toletero debutase en el máximo nivel, a sus 20 años fue convocado al primer equipo de los peces para brindar importante aporte en el trayecto que les convirtió en un tren sin frenos hasta doblegar en la Serie Mundial a los poderosos Yankees de Nueva York.
Ese careo en nuestra memoria está por diversas razones, una de ellas fue el soberano grito que salió del propietario del entonces propietario de los mulos, George Steninbrenner, quien al ver el desempeño de Cabrerita en aquel Clásico de Octubre fustigó a su grupo de cazatalentos por no hacer lo suficiente para asegurar los servicios del maracayero, al punto que despidió a su jefe de scouts para Latinoamérica.
En algún momento escuchamos al mismo José Miguel que del proceso de su firma se encargaron sus progenitores, él solo se preocupaba por jugar, a sus viejos les correspondió analizar todas las ofertas sopesando la conveniencia económica con el mejor interés deportivo, deseando que su muchacho estuviese en una organización donde pudiera desarrollarse mejor y con la menor cantidad de trabas posibles para llegar a las Grandes Ligas.
Uno de los elencos interesados fueron los Yankees, pero los Cabrera Torres se decantaron por los Marlins. A todas estas ¿qué se dijo en los reportes de scouts sobre el eventual Tigre Mayo?
De acuerdo al portal En el Terreno, uno de esos cazatalentos fue Louie Eljaua quien describió a Miguel como “Alto, delgado, con rapidez en las manos, de mucha fuerza, que lanzaba con exactitud, con el bate como su mejor herramienta cuyo swing era rápido y de poder. Poseedor de un gran sentido para el juego; con capacidad para jugar en el campocorto y la tercera base. Dueño de un cuerpo grande, piernas y brazos largos, manos grandes tipo Troy Glaus. Dueño de instintos y habilidades para batear .300 y dar más de 25 jonrones, así como con herramientas para ganar un Guante de Oro en la antesala”.