Desde la llegada del mercado de agentes libres en los años 70, tiempo que coincidió con el arribo de George Steinbrenner como propietario, los Yankees de Nueva York se han caracterizado primordialmente por desembolsar altas sumas de dinero por los jugadores.
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Aunque desde esa década de sus granjas surgieron nombres trascendentes en la amplia y exitosa historia de esta franquicia, como Don Mattingly, Ron Guidry, Dave Righetti, Bernie Williams, Jim Leyritz, Mariano Rivera, Jorge Posada, Andy Pettitte, Derek Jeter, Robinson Canó, Brett Gardner y Aaron Judge, los bombarderos del Bronx han sido muy noticiosos en la mayor parte de todos esos inviernos.
Desde la partida física del “Boss”, sus hijos Hank (también fallecido) y Hal asumieron las riendas de la organización implantando una filosofía bastante diferente, invirtieron mucho dinero pero no del modo en que lo hizo su padre; entre otras cosas se abocaron a canalizar más recursos hacia el reclutamiento de sangre nueva que este año alcanza un paroxismo que raya en lo inédito.
Es así porque de acuerdo a Katie Sharp desde el 18 de septiembre de 1932, es la primera vez que los Yankees tienen en su nómina a 6 jugadores de posición de 24 años o menos, esto con la presencia de los nóveles Anthony Volpe (22), Oswald Peraza (23), Oswaldo Cabrera (24), Austin Wells (24), Everson Pereira (22) y Jasson Domínguez (20).
Luce probable que esta nueva camada sea el núcleo central de los mulos en el futuro inmediato, considerando que este año las opciones de postemporada para los mulos son muy reducidas, es propicia la ocasión para que todos estos muchachos den sus primeros pasos, se fogueen en el día a día que implica usar ese uniforme y estar en el máximo nivel del deporte de los bates, guantes y pelotas.