Pocas veces un novato genera tanto revuelo en los medios como lo ha hecho Elly de la Cruz con su llamado a las Grandes Ligas por parte de los Rojos de Cincinnati; probablemente no se trate de una exageración, después de todo, el quisqueyano es estimado como el talento número 1 de esta tradicional organización así como el 4to en todo el sistema del mejor beisbol del mundo.
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Para su estreno muy apropiado es el contexto, porque en el hogar de los escarlatas se disputa una serie ante los Dodgers de Los Ángeles, la gran organización de los últimos años en la Liga Nacional y los que han marcado la pauta en la última década en la División Oeste.
Sobre el montículo del Great American Ball Park, los esquivadores mandan al estelar Tony Gonsolin, quien llega con minúsculo promedio de carreras limpias permitidas de 1.77, además de un fantástico whip de 0.89.
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En muchísimos casos, la juventud se caracteriza por su irreverencia, y esta cualidad no es ajena al nativo de Sabana Grande de Boya, quien en el primer turno de su graduación ligamayorista tiene el temple para sacar bases por bolas; así forma parte del sorpresivo rally de 3 anotaciones de los Rojos ante las complicadas serpentinas de Gonsolin en el mismo 1er inning.
Ya para su segundo turno, 3cera entrada, de la Cruz castiga el envío número 3, una recta de cuatro costuras que baja a 92.6 millas por hora, pero el chico hace salvaje swing de 112 mph para conectar durísimo doblete por el jardín central, dejando la esférica muy alejada del guardabosques Jason Heyward.
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Así se escribe la historia del primer imparable en las Mayores de Elly de la Cruz. ¿Cuántos más podrá dar este chaval llegado al mundo el 11 de enero de 2002?