Para algunos probablemente sea una novedad relacionar a Andrés Chaparro con el grupo de toleteros venezolanos, capaces de dar jonrones, sin embargo, cuando vemos su cantidad de vuelacercas en el sistema de granjas vemos como ha mantenido una buena cifra, en su mayor parte en modo ascendente.
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Durante su primer año, 2016, en las filiales de los Yankees de Nueva York ninguna mandó para la calle en 50 compromisos en la Dominican Summer League, pero al calendario siguiente en la Appalachian League despachó 7 en 46, misma cantidad que en 60 juegos para 2018, esa vez la New York-Pennsylvania League.
En ese mismo circuito se mantuvo en 2019, bajando su cuota a 3 en 57; pero en 2021 llegó una explosión entre la Clase A y la Clase A Fuerte, jonroneando 15 veces en 101 duelos. Ya el año pasado prosiguió el aumento de su poder, 20 a lo largo de 71 juegos entre la Rookie, Clase A y Doble A.
Para este 2022, Chaparro continúa en captando atención con el desarrollo de su poder, al punto, que previo a la jornada de este 8 de mayo, es el venezolano con más batazos de cuatro esquinas en todo el sistema MLB, incluyendo granjas y Grandes Ligas.
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El muchacho que el pasado 4 cumplió 24 años, lleva 9 jonrones en 30 choques disputados en la filial Triple A de los Bombarderos del Bronx; el nativo de El Vigía es seguido por Carlos Jesús Pérez (el hermano menor de Carlos Eduardo), quien ha botado 8 en las Menores de los Medias Blancas de Chicago; prosiguen Salvador Pérez y René Pinto con 7, este último con la Triple A de los Rays de Tampa Bay.
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Adicionalmente, Andrés Chaparro ostenta average de .250 (116-29), porcentaje de embasado en .326, slugging de .535, OPS en .860, con 4 dobles, 1 triple, 25 anotadas, 22 remolcadas, 2 bases robadas, 13 boletos y 31 ponches. No obstante, como antesalista, su porcentaje de fildeo es un bajo .880, con 6 errores en 146.1 innings.
De mejorar ese aspecto, y considerado los constantes problemas de lesiones que tienen los Yankees en su equipo grande, quizás la ofensiva del muchacho sea argumento suficiente para ser convocado al máximo nivel en el deporte de los bates, guantes y pelotas.