Harold Capote Fernández
Dicen que un solo palo no hace montaña, este es un popular refrán que tiene mucha amplitud, certeza en una disciplina colectiva como lo es el beisbol, sin embargo, en otras tantas oportunidades el desempeño de un solo jugador incide de manera directa en el ir y venir de un conjunto. En Cachorros de Chicago y Seiya Suzuki podemos encontrar un aproximado de esas palabras.
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El estreno del japonés en las Grandes Ligas fue por todo lo alto, ligando para .368 de promedio, con .500 de OBP, .895 de slugging, 1 doble, 3 jonrones, 4 anotadas, 10 remolcadas, 6 boletos y la misma cantidad de ponches.
Lo más importante, en ese período de 7 juegos los oseznos dejaron marca positiva de 4-3.
Desde el 16 al 27 de abril, 11 partidos, el jardinero experimentó un descenso en sus guarismos: .316 de average, OBP de .435, .500 de slugging, 1 vuelacercas, 4 impulsadas, 7 pasaportes y 13 chocolates recibidos; al mismo tiempo el récord del conjunto del norte de Chicago quedó en 4 y 7.
La curva a la baja en sus estadísticas se acentuó en los siguientes 11 partidos, que no incluyen la jornada de este miércoles. En esta etapa, del 28 de abril al 10 de mayo, el toletero presenta un anémico promedio de .135, con 2 dobles, sin anotaciones, sin cuadrangulares, solo 2 compañeros llevados al plato, 3 bases por bolas, 13 ponches, OBP de .200 y slugging de .243.
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Para empeorar el contexto, los Cachorros han dejado marca de 2-9 y la realidad es que no han bajado al sótano de la División Central por el terrible arranque de los Rojos de Cincinnati, el peor en la historia de 140 años de la franquicia.
¿Este Seiya emulará un resurgir similar al de su tocayo del aclamado comic del Lejano Oriente? Sería una historia interesante y hasta hilarante en esta temporada 2022 del máximo nivel del deporte de los bates, guantes y pelotas.