Gonzalo Urgelles R. / [email protected]
Las cosas no pintan nada bien para los Yanquis de Nueva York, que sigue navegando en aguas misteriosas, con cuatro derrotas consecutivas –incluida una dolorosa barrida, cortesía de los Medias Rojas de Boston– y seis en sus últimos diez encuentros.
Particularmente, el panorama del venezolano Gleyber Torres se torna cada vez más oscuro y turbio. Cuando el caraqueño parece dar señas de un posible despertar, inmediatamente todo se distorsiona y vuelve a caer en un bache del que cada vez le cuesta más y más salir.
Durante el mes de junio Torres apenas acumula un anémico promedio de .195, con un cuadrangular, cuatro carreras producidas y seis anotadas. El torpedero tan solo ha conectado de hit en 16 de sus 82 turnos al bate, a la vez que su defensa sigue dejando mucho que desear.
La situación para la organización, y para una fanaticada acostumbrada a tener campocortos de élite, con liderazgo y capacidad de respuesta tanto con el bate como en labores defensivas, está siendo cada vez más cansina e insostenible respecto al infielder.
Para un equipo ganador por naturaleza, como los Yanquis, es complicado pasar por un momento de incertidumbre como el actual; y al menos en el papel parece cada vez más complicado mantener en activo a un jugador que no batea y no defiende a los niveles esperados.
Por otro lado, la pasividad que está mostrando tanto el cuerpo técnico como la directiva –no solo en el caso de Torres, sino en general– ha dejado mucho que desear; no mueven piezas, no hay cambios en las alineaciones, no se adquieren nuevos jugadores y las lesiones siguen sin dar tregua los del Bronx.
El mal momento de Gerrit Cole llega en una situación delicada, para un equipo que no está ni cerca de recuperar a un Corey Kluber o un Luis Severino. José Berrios (Mellizos) suena como un posible refuerzo para esta rotación.
Por otro lado, el nombre de Trevor Story sigue retumbando en los pasillos de Yankee Stadium, pues el torpedero está destinado a dejar Colorado y sus capacidades (defensivas y ofensivas) serían de gran ayuda para Nueva York.