Luka Doncic habló después del partido con una camiseta de Dragon Ball y esa cara de niño en un parque de atracciones con la que ha aterrizado en la NBA y que nada ha podido borrar hasta ahora. Tampoco lo hizo, por suerte, un buen susto en el tercer cuarto del partido ante los Thunder (111-96 para los Mavs): un choque rodilla con rodilla con Paul George le mandó al banquillo entre gestos de dolor pero después volvió y jugó los últimos minutos del último parcial, cuando su equipo sellaba la cuarta victoria de la temporada (4-8, todas en casa) ante unos Thunder que dejaron atrás (ahora 7-5) su racha de siete victorias seguidas y a los que, esta vez sí, les pesó sobremanera la baja de Russell Westbrook.
Los Thunder se quedaron en un 39% en tiros, 9/34 en triples, y vivieron básicamente del rebote de ataque, con muy poca capacidad anotadora y sin mucha rastro de su abrasiva defensa de los últimos partidos. Steven Adams cumplió (20+13) pero Paul George (20+13+6 y 8/21 en tiros) y Schroder (19 con otro 8/21) fueron de más a menos y fallaron demasiados tiros. Así acabó su racha, mientras esperan que sane el tobillo de Westbrook, pese a un tremendo 4-27 a su favor en rebotes de ataque. Ni así: no era su noche. AS