Una llamada al 911 sirvió para alertar a las autoridades sobre un hecho irregular que estaba ocurriendo en una escuela judía en Miami Beach. Según la denuncia, había un hombre con un comportamiento extraño rondando la escuela, razón por la cual los directivos del colegio decidieron llamar a la policía.
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Los agentes del orden público al llegar, interrogaron al vigilante del colegio, quien les indicó que el hombre había estado caminando por los alrededores de la escuela y les había lanzado claras amenazas antisemitas.
Según el guardia de seguridad de la escuela, el hombre habría amenazado a todos con lanzar artefactos explosivos a la institución solo porque se trataba de una escuela judía. Además comenzó a gritar fuertemente que él era parte de Hamás.
Las autoridades no dudaron en capturarlo y llevarlo a la estación policial. Ya en el juicio, al hombre se le imputaron los cargos de perturbar una escuela o asamblea religiosa, amenazar con colocar un dispositivo destructivo, agredir con prejuicios y acosar o intimidar por prejuicios religiosos.