El contralmirante Shahram Irani, comandante de la Armada iraní, ha hecho declaraciones recientes afirmando que Irán es el legítimo propietario de la Antártida y tiene la intención de establecer una base militar en el Polo Sur. Esta afirmación ha generado preocupaciones y ha provocado respuestas por parte de otras naciones, especialmente Estados Unidos.
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Según una traducción del Instituto de Investigación de Medios de Medio Oriente (MEMRI), el comandante de la Armada iraní declaró: “Tenemos derechos de propiedad en el Polo Sur. Tenemos planes de izar nuestra bandera allí y llevar a cabo trabajo militar y científico”. Sin embargo, esta postura de Irán ha generado controversia, ya que viola el Tratado Antártico de 1959.
El Tratado Antártico es un acuerdo crucial que ha facilitado la cooperación internacional en la región durante más de seis décadas. Establece que la Antártida se utilizará exclusivamente con fines pacíficos y científicos, y prohíbe actividades militares y reclamaciones territoriales. Aunque algunos países tienen intereses legales en la región, como India, Nueva Zelanda y Australia, el tratado establece que las acciones posteriores a 1961 no pueden servir como base para reclamaciones territoriales.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha enfatizado la importancia de respetar este tratado. Además, después de un ataque en Jordania que involucró a fuerzas respaldadas por Irán y resultó en la pérdida de tres soldados estadounidenses, se ha señalado que los fondos iraníes retenidos en Qatar, que ascienden a 6 mil millones de dólares, están sujetos a restricciones y no podrían ser utilizados en la construcción de una base militar en el Polo Sur.
Estados Unidos ha aclarado que estos fondos solo pueden destinarse a compras de bienes humanitarios y no pueden ser utilizados para actividades en la Antártida u otros fines militares.
Analistas han expresado preocupación por los planes de Irán de expandir su presencia militar en la Antártida, advirtiendo que esto violaría convenciones internacionales y reflejaría una tendencia de agresión global por parte del régimen iraní. Aunque la Antártida pueda parecer una preocupación distante, para los gobiernos es importante tomar en serio las acciones de Irán para evitar que el país fortalezca su influencia de manera indeseada en diferentes ámbitos, desde el terrorismo hasta la amenaza nuclear.