En la madrugada del sábado, guardias de seguridad de la Fuerza Aérea de Estados Unidos respondieron a un tiroteo en la entrada de la Base Conjunta San Antonio-Lackland, en Texas. El incidente, que ocurrió en dos ocasiones en un lapso de varias horas, ha generado preocupación entre las autoridades y la comunidad.
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El primer ataque se registró alrededor de las 2:15 am, cuando un tirador desconocido disparó varias veces desde un vehículo en movimiento hacia la entrada de la base. Según la portavoz de la base, Stefanie Antosh, este ataque provocó que las fuerzas de seguridad respondieran de inmediato.
Un nuevo ataque
Dos horas después, el mismo vehículo regresó y abrió fuego nuevamente. En esta ocasión, el personal de seguridad, que había incrementado su presencia armada tras el primer ataque, respondió al fuego. El sargento Washington Moscoso informó que el vehículo se dio a la fuga, aunque no se precisó cuántos disparos se realizaron en ambos incidentes.
Afortunadamente, no se reportaron heridos y las autoridades confirmaron que no hay más amenazas para la base. El Departamento de Policía de San Antonio está investigando el motivo detrás de estos ataques, aunque no se cree que los sospechosos estén afiliados al ejército.
Medidas de Seguridad
Como medida de precaución tras el tiroteo, el personal de seguridad de la base aumentó el número de guardias armados. La entrada a la base fue cerrada durante varias horas, y se reabrió alrededor de las 9:30 am, aunque la base en sí nunca fue bloqueada.
La Base Conjunta San Antonio-Lackland alberga a más de 24,000 miembros del servicio activo, 10,000 civiles del Departamento de Defensa y 11,000 contratistas y familiares. Este complejo incluye varias unidades importantes, como el 37.º Ala de Entrenamiento y la Agencia de Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento de la Fuerza Aérea.