Un reciente informe de la Universidad de Nueva York (NYU) reveló que la calidad del aire en el metro de la ciudad de Nueva York es alarmantemente baja, con concentraciones de partículas contaminantes mucho más altas de lo recomendado. El estudio identificó niveles elevados de PM2.5 en las plataformas y dentro de los vagones, lo que pone en riesgo la salud de los pasajeros, especialmente de las comunidades latinas y afroamericanas.
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Altos niveles de contaminación en el metro
El estudio, llevado a cabo por el Departamento de Ingeniería Civil y Urbana de NYU, encontró que las concentraciones de partículas PM2.5 en el metro son hasta 10 veces superiores a los estándares establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas micropartículas, que provienen principalmente de la abrasión de frenos, rieles y ruedas, penetran en los pulmones y pueden incluso ingresar al torrente sanguíneo, aumentando el riesgo de enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurológicas.
La investigación resalta que las estaciones más afectadas son 181st Street, 168th Street, Bowling Green y Broadway-Lafayette, con la zona de Washington Heights mostrando el mayor nivel per cápita de exposición a contaminantes. El impacto es mayor en las personas que realizan trayectos largos y dependen del metro como medio de transporte, situación común entre las comunidades de bajos ingresos, especialmente latinos y afroamericanos, quienes están expuestos un 35% más que otros grupos.
Además, el reporte subraya que el aire contaminado en el metro es una amenaza seria que ya está afectando la salud de millones de neoyorquinos. Sin embargo, la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) desestimó los hallazgos, argumentando que los datos utilizados en el estudio no son recientes.
Los resultados de este estudio han generado preocupación entre los usuarios del metro, quienes demandan mejoras en la ventilación y medidas urgentes para reducir la contaminación. La mala calidad del aire en el metro no solo deteriora la salud de los pasajeros, sino que también refleja un problema estructural en el sistema de transporte de la ciudad.