Una ola de calor abrasador ha dejado un saldo de 23 personas fallecidas en Texas, una tragedia que llega apenas dos semanas después del devastador paso del Huracán Beryl por el sureste del estado.
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Este fenómeno climático extremo ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica de la región, la cual fue severamente afectada por el huracán, exacerbando los efectos del calor y complicando los esfuerzos de recuperación.
El Huracán Beryl, que tocó tierra el 8 de julio como un huracán de categoría 1, provocó la caída de árboles y líneas eléctricas, dejando a millones de residentes sin electricidad. La pérdida de energía, combinada con temperaturas que alcanzaron niveles peligrosamente altos, ha sido un factor determinante en la cantidad de víctimas. En total, más de la mitad de las muertes registradas tras el huracán han sido atribuidas al calor extremo.
Impacto devastador del Huracán Beryl y la ola de calor
El condado de Harris ha sido uno de los más afectados, con al menos tres muertes confirmadas por exposición al calor debido a los prolongados cortes de energía. Entre las víctimas se encuentra Oscar Rodriguez, un hombre de 78 años, quien falleció por hipertermia en su hogar en el norte de Houston. A pesar de que su familia recibió un aviso de que la energía había sido restaurada, la casa permaneció sin electricidad durante días.
Otra víctima, Charles Anderson Jr., de 76 años, murió en Pasadena, también como resultado de la hipertermia provocada por la falta de electricidad. Además, Candie York, de 50 años, falleció en el Houston Methodist Baytown debido a la combinación del calor extremo y condiciones médicas preexistentes.
La magnitud de los cortes de energía ha sido abrumadora. Alrededor de 2.2 millones de clientes de CenterPoint Energy quedaron sin electricidad, y a pesar de los esfuerzos de restauración, cientos de miles de hogares seguían sin servicio una semana después del huracán. La situación ha provocado una ira generalizada entre los residentes, muchos de los cuales han expresado su frustración por la lenta respuesta de las autoridades y las compañías eléctricas.
Consecuencias de las altas temperaturas
Las altas temperaturas no solo han afectado a los más vulnerables, sino que también han provocado problemas adicionales en los hospitales, donde la falta de energía ha dificultado la atención médica y el manejo de pacientes. En varias localidades, los hospitales han tenido que depender de generadores para seguir operando.
En medio de esta crisis, las autoridades han intensificado los esfuerzos para restaurar el servicio eléctrico y proporcionar ayuda a las comunidades afectadas. Sin embargo, la combinación de la devastación causada por el huracán y la ola de calor ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del estado y ha resaltado la urgente necesidad de mejorar la infraestructura para resistir futuros eventos climáticos extremos.