En una pintoresca tienda Goodwill en Virginia, Jessica Vincent realizó un descubrimiento extraordinario que cambió su suerte financiera. Un modesto jarrón, adquirido por tan solo $3.99 dólares, resultó ser una pieza de colección diseñada por el renombrado arquitecto italiano Carlo Scarpa. La aparente simplicidad del objeto, con vetas verdes y rojas, se reveló como parte de la exclusiva serie Pennellate de Scarpa para Venini, elaborada en 1942.
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La casa de subastas Wright, que facilitó la venta por $107,100 dólares, describió el jarrón como uno de los artículos más raros ofrecidos en más de una década. La técnica de creación única, conocida como "pennellate" o "pincelada", implicaba agregar vidrio opaco de color durante el proceso de soplado, lo que hizo que la producción de estas piezas fuera limitada y, por ende, aún más valiosa.
El periplo del jarrón desde la tienda Goodwill hasta la subasta fue tan fascinante como la pieza en sí. Jessica Vincent, al notar la firma "Venini" en la base, intuyó que tenía algo especial. La investigación posterior, que incluyó la consulta a un grupo italiano de coleccionistas de vidrio en Facebook, llevó a la estimación del valor del jarrón entre $30,000 y $50,000 dólares.
Esta historia se suma a otros notables hallazgos en tiendas de segunda mano, como el caso de Laura Young en Texas, quien adquirió un busto por $34.99 dólares y descubrió que era un artefacto antiguo de más de 2,000 años. Ambos casos resaltan la imprevisibilidad y el entusiasmo del ahorro, así como la importancia de preservar y valorar piezas históricas, independientemente de su lugar de descubrimiento inicial.
Para Jessica Vincent, la inversión de $3.99 dólares se tradujo en un éxito asombroso en la subasta, demostrando que los tesoros escondidos pueden encontrarse en los lugares más inesperados, y que el arte y la historia pueden tener una segunda vida a través de la mirada aguda y la investigación de quienes encuentran estas joyas inadvertidas.