En medio de los ambiciosos planes de expansión global anunciados para 2030, Starbucks ha cerrado siete de sus establecimientos en el centro de San Francisco. La medida, que según la empresa busca mantener "una cartera de tiendas saludable", se dio a conocer a través de una carta interna enviada a los empleados por Jessica Borton, vicepresidenta regional para el norte de California.
La decisión, efectiva desde el 22 de octubre, ha dejado un total de 52 locales de Starbucks aún en funcionamiento en la ciudad. Las siete tiendas cerradas estaban ubicadas en los vecindarios de Cathedral Hill, Financial District, SoMa y Union Square, según informó el San Francisco Business Times.
A pesar de la clausura, la compañía asegura que ningún empleado perderá será despedido, ya que se les ofrecerán horas en otras tiendas de la cadena. Starbucks planea invertir 2.5 millones de dólares en el fortalecimiento de cuatro tiendas restantes en San Francisco como parte de su estrategia para mantener una presencia sólida en la ciudad.
Este cierre de tiendas se suma a una serie de clausuras experimentados en San Francisco, incluyendo a Office Depot y marcas pertenecientes a Gap como Old Navy, Banana Republic y Athleta. Nordstrom también cerró sus puertas en agosto, citando cambios significativos en la dinámica del mercado del centro de San Francisco como una de las razones.
"La dinámica del mercado del centro de San Francisco ha cambiado drásticamente en los últimos años, lo que ha impactado el tráfico de clientes a nuestras tiendas y nuestra capacidad para operar con éxito", afirmó Jamie Nordstrom, director ejecutivo de Nordstrom, en un comunicado.
El mercado inmobiliario de oficinas en el centro de San Francisco está luchando por recuperarse a los niveles anteriores a la pandemia, con tasas de desocupación que rondan el 30 por ciento, según CBRE, una empresa de bienes raíces comerciales. La resistencia de los empleados a regresar a la oficina, optando por el trabajo remoto, también ha afectado a las empresas que dependen del tráfico de oficinas, dando lugar a una nueva tendencia laboral conocida como "coffee badging".
En este contexto, Starbucks y otras cadenas de cafeterías han ajustado sus operaciones en el centro de San Francisco, priorizando las opciones para llevar para adaptarse a la cambiante dinámica laboral y las nuevas preferencias de los empleados.