Al momento de comenzar a dar forma y fondo a estas líneas desconocíamos la pizarra final del 2do choque de la Gran Final entre Cardenales de Lara y Tiburones de La Guaira, lo que si era una absoluta certeza es que este partido es uno de los más controversiales de la instancia decisiva al menos de los tiempos recientes, cuidado si de por vida.
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Ese manto arropó al compromiso se extendió durante el inning 4, luego de que el relevista alado, Rodrigo Benoit, golpease al toletero escualo Luis Torrens quien previamente, en la entrada número 2, había despachado cuadrangular solitario; al ser impactado por la esférica salida del brazo relevista del Cardenales, este en el acto fue expulsado de la partida por parte del árbitro principal, Ray Valero.
Seguidamente, el mánager crepuscular, Henry Blanco reclamó de modo airado la salida de su serpentinero y también fue sacado por el umpire; por lo visto en las transmisiones televisivas, fácil se deduce que el argumento del estratega radicó en lo sobrevenida que fue la resolución de la autoridad, reprochando también el hecho de no haber realizado la correspondiente advertencia para los dos elencos.
Cierto que a esa opción puede apelar el árbitro, así como consultar con el resto de sus colegas para llegar a una resoluciónm sin embargo, la normativa del beisbol del mismo modo establece que si el grupo de umpires, especialmente el principal, estima el pelotazo fue adrede, puede proceder con la expulsión sin necesidad de hacer el mencionado aviso. Esto incluye además si estima hubo intención de pasar la pelota muy cerca del cuerpo o de la cabeza del bateador.
Por otra parte, las Reglas Oficiales de Beisbol 2023/2024, de la Confederación Mundial de Beisbol y Sóftbol (WBSC), en la sección B2 Anotaciones Revisables para Impugnación por los Árbitros, el punto B2.5 Golpeado por un Lanzamiento, puntualiza en que cualquier golpe por un lanzamiento es una jugada revisable.