Más de un caraquista brincó en una pata por la emoción de ver de nuevo a Harold Ramírez con Leones del Caracas, se trata del campeón de bateo en la edición 2018/2019 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional (LVBP), con .381 puntos y que además, en las Grandes Ligas ha lucido como un buen pelotero ofensivo con promedio vitalicio de .289, porcentaje de embasado en .329, slugging de .419 y OPS en .748.
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Es decir, hablamos de un jugador con probado performance cuyas estadísticas sugieren puede tener excelente desempeño en el circuito local; así ha sido durante sus primeros 4 compromisos con los melenudos en el Round Robin, donde incluyendo sus 3 primeros turnos de este lunes contra Cardenales de Lara, acumula 6 imparables en 15 turnos para gran average de .400.
Pero los problemas del ataque capitalino son amplios y profundos, de modo indeseablemente fatal en la producción de carreras; previo a este 15 de enero son 4tos en rayitas remolcadas con 35, cuando los pájaros rojos y Tiburones de La Guaira apuntalan el renglón con 69 y 66 cada uno. Un diferencial demasiado abismal.
Esa infertilidad en la manufacturación de anotaciones tiene su génesis en la baja capacidad de llegar a la almohadilla; Leones es último en OBP con bajo .311 y de esto el nativo de Cartagena se ha mantenido alejado. Él para la confrontación ante los crepusculares se presentó con .417 en porcentaje de embasado, es decir, 34,08% mejor que el global de su equipo.
Asimismo, el promedio colectivo del Caracas llegó con .245, y luego de sus 3 turnos del lunes, Harold Andrés está un 63,27% por encima del grupo. Como vemos ha cumplido, pero el deporte de los bates, guantes y pelotas es de conjunto, y un solo Ramírez no puede hacer montaña para esta causa.