Llevar a cabo un plan de ahorro debería ser algo que toda persona tendría que aplicar en sus vidas. Ayuda a, poco a poco, ir enrumbándose a una independencia financiera que permita no necesitar trabajar para nadie.
NOTAS RELACIONADAS
Cuanto antes logres iniciar a extraer parte de tus ingresos para destinarlo a ahorrar, mejor. La satisfacción de ir viendo como crece tu "fortuna" paulatinamente es algo que te irá motivando a mantenerte firme en la labor.
¿Cómo diseñar correctamente un plan de ahorro?
Distintas entidades bancarias facilitan a los usuarios comenzar fácilmente con un plan de ahorro. Igualmente, con inversiones en la bolsa de valores o, incluso, guardando una pequeña cantidad de tu sueldo podrías fácilmente comenzar a atesorar dinero sin depender de una entidad bancaria.
Tener claras las metas
Para todo propósito que te plantees, debes tener metas claras. Antes de arrancar con un plan de ahorros, solidifica tus conceptos de disciplina y planificación. De ese modo, no te sentirás tentado por sacar precipitadamente dinero de tus ahorros para cumplir con caprichos.
Lo ideal para iniciar es plantearse metas pequeñas para arrancar a ahorrar. A medida que vas sumando, pues ve aumentando el espectro y el dinero que ingresa. “Es la mejor manera de distribuir los ingresos a lo largo de nuestra vida, tanto para invertir en nosotros como para asegurarnos unas rentas cuando estemos jubilados”, explica José Antonio Herce.
Controlar ingresos y egresos
Uno de los enemigos del ahorro son los egresos que, a medida de que se percibe más, crecen y crecen. Para ejecutar un plan de ahorro perfecto, es importante disminuir los egresos lo más posible y buscar, en lo posible, de aumentar los ingresos. Así, podrás destinar mayor cantidad a los ahorros y ver cómo van creciendo cada vez más.
Regla 50-30-20
La regla 50-30-20 es de las que más se ha estandarizado en el mundo para ahorrar de forma efectiva. Es un plan que permite dividir los ingresos de tu trabajo de modo que puedas cubrir tus gastos básicos además de ahorrar.
- 50 % para gastos básicos que son imprescindibles: vivienda, cesta de la compra, colegios...
- 30 % para gastos puntuales (se puede prescindir): salir de vacaciones, realizar actividades de ocio...
- 20 % para el ahorro: lo ideal es no bajar de ese porcentaje. Incluso, si puede ascender, todavía mejor.