El jueves 17 de julio, el presidente Donald Trump emitió una sentencia pública para que la fiscal general, Pam Bondi, presente “todos y cada uno de los testimonios pertinentes del gran jurado” que acusó formalmente a Jeffrey Epstein, con la aprobación de la corte. El reclamo, hecho público a través de su red Truth Social, responde a lo que Trump calificó como la “ridícula cantidad de publicidad” generada por el caso y que, según él, estaría impulsada por los demócratas.
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Este anuncio se produce justo después de que el FBI y el Departamento de Justicia concluyeran una investigación en la que descartaron la existencia de una “lista de clientes” de Epstein —compuesta por figuras públicas influyentes— y confirmaron que su muerte en 2019 fue por suicidio. No obstante, esa resolución pública no ha satisfecho a amplios sectores del movimiento MAGA, quienes se sienten traicionados tras las repetidas promesas de Trump de revelar “la verdad” sobre el caso.
Documentos del caso de Jeffrey Epstein
En plena campaña, Trump se comprometió a sacar a la luz la tan mencionada “lista de clientes”, una supuesta red de chantaje sexual que involucraría a celebridades y funcionarios de alto nivel. Sin embargo, esa expectativa quedó insatisfecha tras el cierre de la investigación. La frustración de sus seguidores ha sido palpable: desde líderes republicanos como Dan Bongino hasta figuras como Elon Musk, quien mencionó a Trump en dicho listado —sin aportar evidencias—, se han sumado a las voces de descontento.
Además, el senador demócrata Ron Wyden ha señalado que el gobierno federal posee registros bancarios clave de Epstein —cerca de 4.725 transacciones que suman casi 1.000 millones de dólares—, información que no se ha entregado al Congreso ni al público. La tensión radica en que, si bien Trump ahora ordena divulgar los testimonios del gran jurado, no hay señales de que comparta esos documentos financieros, lo que refuerza la percepción de selectividad estratégica.
Carta secreta de Donald Trump a Epstein
El anuncio de liberar testimonios se produce en coincidencia con la publicación de una supuesta carta de Trump a Epstein, divulgada por un medio nacional. Según el reporte, en 2003 Trump habría enviado una misiva con un dibujo explícito que rodeaba líneas mecanografiadas y su firma sobre el contorno de una mujer desnuda.
Trump, por su parte, rechazó categóricamente haber escrito o dibujado esa nota. En su defensa, afirmó que el artículo representa una “falsedad” y anunció una demanda contra el medio, su casa matriz y el empresario Rupert Murdoch.
¿Qué se espera del desclasificado?
La divulgación de los testimonios del gran jurado representaría un hito en términos de transparencia judicial. Sin embargo, la ley federal protege estos registros y solo pueden hacerse públicos si lo aprueba un juez. Históricamente, muy pocos gran jurados han sido desclasificados.
Por lo tanto, aunque Trump ordena publicar todo el material “pertinente”, es probable que la revelación sea limitada: los fiscales podrían seleccionar transcripciones parciales o resumidas, cumpliendo solo lo suficiente ante la presión política mientras preservan evidencia delicada, como versiones más completas de testimonios o anexos financieros.