Mientras algunos estados de EE. UU., como Texas y Florida, continúan adoptando medidas antiinmigrantes, la ciudad de Lancaster, Pensilvania, ha decidido tomar una dirección completamente opuesta al aprobar políticas para apoyar a la población migrante.
NOTAS RELACIONADAS
El consejo de la ciudad, compuesto únicamente por demócratas, aprobó por unanimidad una orden que limita la cooperación con las autoridades federales de inmigración. Esto implica que la policía local y otros funcionarios de la ciudad no pueden cuestionar el estatus migratorio de una persona, a menos que sea requerido por la ley estatal o federal, o bajo una orden judicial.
Contrario a lo que sucede en algunos estados, como Florida, donde las autoridades están obligadas a averiguar el estatus migratorio, en Lancaster se prohíbe proporcionar cualquier información al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que pueda llevar a acciones civiles o no penales relacionadas con la ley de inmigración.
El objetivo de estas políticas es mantener a Lancaster como una ciudad segura y acogedora para los inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados, quienes deben tener acceso a servicios públicos y la posibilidad de denunciar cualquier delito cometido en su contra.
Jaime Arroyo, vicepresidente del consejo de Lancaster, afirmó que estas medidas no ponen en peligro la seguridad de nadie, ya que la policía seguirá cooperando con ICE si es necesario.
Estas iniciativas están respaldadas por la llamada Ley de Confianza (Trust Act), que permite a los residentes, independientemente de su estatus migratorio, transitar sin miedo y utilizar los servicios públicos para sus familias. Organizaciones en defensa de los derechos de los inmigrantes han elogiado esta ley, ya que muchos indocumentados temen tener contacto con la policía por miedo a la separación de sus familias.
Aunque Lancaster no se considera una ciudad santuario, es un claro ejemplo de apoyo a la comunidad migrante. Sus defensores argumentan que todas las personas, independientemente de su estatus, merecen seguridad, protección y refugio.
Según informes de Telemundo, aproximadamente el 40% de la población de Lancaster se identifica como hispana, y alrededor del 11% tiene dificultades con el inglés, lo que destaca la diversidad cultural y lingüística de la ciudad.