La llegada de Lewis Hamilton a Ferrari para la temporada 2025 de Fórmula 1 fue anunciado como una pareja de ensueño: el piloto más exitoso del deporte uniéndose a su equipo con más historia.
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Sin embargo, la unión ha estado lejos de ser perfecta, y Hamilton enfrenta un período de ajuste pronunciado que ha generado un escrutinio implacable.
Si bien una victoria en una carrera sprint en China ofreció un atisbo de promesa, Hamilton ha tenido dificultades para igualar el ritmo de su compañero de equipo Charles Leclerc en la clasificación durante las rondas iniciales, lo que ha llevado a que la intensa atención convierta cada desliz, déficit y comentario en material sensacionalista.
Se sigue adaptando
Antes del Gran Premio de Arabia Saudita, Hamilton abordó el ruido, defendiendo su proceso de adaptación y reconociendo la presión única que conlleva el estatus icónico de Ferrari.
"Por un lado, es de esperar: [Ferrari] es el mejor equipo en la historia de la Fórmula 1, es así de especial", dijo el siete veces campeón del mundo, haciendo referencia a la creciente impaciencia del público y las críticas de los expertos.
Por supuesto, se han escrito más historias al respecto y la gente tiene opiniones. Y no siempre ha sido un camino de rosas. Así que, desde mi punto de vista, no se puede trabajar en equipo y cambiar las cosas de la noche a la mañana.
Los desafíos surgen de un cambio profundo para Hamilton, quien pasó 12 años en Mercedes, dominando autos y procedimientos adaptados a su estilo.
Los coches de efecto suelo de Ferrari exigen un enfoque diferente, por su naturaleza pesada y rígidamente suspendida y sus complejos controles en el volante que requieren ajustes rápidos que ponen a prueba incluso a los conductores más experimentados.
Para Hamilton, las acciones que antes eran instintivas ahora requieren un esfuerzo consciente, una realidad que el director del equipo, Frederic Vasseur, ha reconocido abiertamente.
"No se pueden reemplazar 12 años de colaboración en dos semanas o dos carreras", señaló Vasseur después de la sesión de clasificación del Gran Premio de Bahréin del fin de semana pasado, en la que los problemas de Hamilton fueron particularmente evidentes.