Engels Medina / @engelsmedina23
El Kentucky Derby es una de las carreras de caballos más importante del mundo, no solo por ser el primer paso de la triple corona de Estados Unidos, sino por todo lo que representa para ese país y para los amantes del hipismo.
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El cuatro de mayo de 1963 se corría la edición 89 de la Carrera de las Rosas, una competencia en la cual nueve potros fueron en busca de la gloria. Los principales favoritos de la carrera eran; Candy Spots (3/2), ganador del Florida Derby y Santa Anita Derby.
Otro cotizado en taquilla era No Robbery (5/2) que tenía como cartel haber ganado el Wood Memorial. Otro cotizado era el campeón dosañero de Norteamérica y un conocido por la afición venezolano por ser el padre de la campeona Gelinotte Never Bend (3/1).
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A pesar de llegar invicto en tres presentaciones y haber ganado el Blue Grass Stakes, Chateaugay no partía como uno de los principales cotizados y su morning line era de (9/1).
Este ejemplar sería conducido por el panameño Braulio Baeza, un jockey que para ese momento contaba con 23 años, pero que montaba puros de carrera desde los 15 años de edad.
Baeza comenzó a montar en Estados Unidos en 1960, en el hipódromo de Keeneland y desde su debut demostró su gran destreza sobre los equinos. En 1963 tuvo la oportunidad de montar en el Kentucky Derby, para ese momento quizás el panameño no sabía la magnitud de este evento, pero se convirtió en el primer latino en ganar La Carrera de las Rosas.
En la carrera se mantuvo en los puestos intermedios y en la entrada de la recta hizo correr a Chateaugay para dominar por más de un cuerpo a su más cercano rival. Baeza fue el segundo jinete en ganar el premio Eclipse Award en 1972 y repitió la hazaña en 1975.