El exseleccionador de Venezuela, Richard Páez, reveló detalles inéditos sobre cómo fue su llegada al banquillo de la Vinotinto, un episodio que marcó un antes y un después en la historia del fútbol venezolano.
NOTAS RELACIONADAS
Páez, reconocido por su impacto en la transformación de la selección, explicó que todo comenzó con una llamada del entonces presidente de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), Rafael Esquivel.
La llamada que cambió la historia de la Vinotinto
El primer contacto entre Páez y la selección nacional se produjo en un momento complicado. La Vinotinto venía de sufrir una goleada 3-0 ante Ecuador en las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Corea-Japón 2002. Fue entonces cuando Rafael Esquivel, en medio de la crisis deportiva, decidió comunicarse con Páez para ofrecerle el cargo de seleccionador.
“Desde Ecuador me llamó Rafael Esquivel para preguntarme si yo era capaz de asumir la selección nacional para dirigir los últimos 8 partidos que le quedaban a la Vinotinto de las eliminatorias para Corea-Japón 2002”, relató Páez, dejando en claro que la propuesta llegó en un momento de urgencia.
La respuesta desafiante de Richard Páez
Ante la consulta de Esquivel, Páez no dudó en mostrar confianza en su capacidad para cambiar el rumbo del equipo. Su respuesta fue contundente y reflejó el carácter que lo llevaría a convertirse en una figura clave del fútbol venezolano.
“Yo lo que le contesté fue: ‘Tú no me conoces, me vas a conocer. Dámela y yo te voy a cambiar la selección’”, aseguró Páez, quien aceptó el reto con plena convicción de que podría transformar a la Vinotinto.
El impacto de su llegada fue inmediato. Páez comenzó a imprimir su estilo de juego basado en la tenencia de la pelota y la identidad ofensiva, una filosofía que sería la base de la posterior evolución del equipo. Bajo su dirección, la selección comenzó a competir de igual a igual con otras potencias de Sudamérica, consiguiendo resultados históricos y despertando la pasión del público venezolano por el fútbol.
La llegada de Páez al banquillo de la Vinotinto no solo marcó una nueva era para la selección, sino que también consolidó su figura como uno de los entrenadores más influyentes en la historia del fútbol venezolano.