Samuel Aldrey | @SamuelAldrey
Diego Simeone se veía exhausto cuando se sentó frente al micrófono después de la derrota por 1-0 ante el Manchester City -audiblemente ronco, visiblemente agotado- ataviado de negro como si asistiera a su propio funeral, pero en rueda de prensa no se mostró abatido ni defensivo.
"Juegan de forma muy dinámica", dijo sobre el City. "Empujan a los jugadores hacia adelante, siempre buscando jugar colectivamente de una manera encantadora, muy agradable de ver".
"Y nosotros jugamos con esa sensación de pasar. Queremos pasar usando las herramientas que tenemos contra un equipo con las armas que ellos tienen.", explicó.
Entre las herramientas que tenía el Atlético de Madrid no se hallaba el balón sobre la pizarra.
El City acaparó el cuero, con un 71% de posesión frente al 29% del Atlético de Madrid; 283 toques en el último tercio del partido frente a 36, y 15 disparos frente a cero, según recopila Statsbomb.
Por primera vez ,en cualquier competición, en los once años de Simeone como entrenador, el Atleti terminó el partido sin un solo intento de gol, según información de Mister Chip en Twitter.
Para muchos el partido fue un miasma, un somnífero y una total aburrición, pero aquello es la sensación que tiene el espectador que busca espectáculo.
Simeone, como todos los técnicos, busca primero ganar y luego entretener. Eso fue lo que hizo.
El partido
La verdad es que fue una contienda tensa entre dos de los mejores entrenadores del mundo, una hora y media de detalles tácticos de bajo perfil, pero de alto riesgo a ambos lados de un punto muerto, como los grandes maestros de ajedrez que se pelean por la estructura de los peones en una partida cerrada.
El fútbol es un gusto adquirido y no todos disfrutan del mismo tipo de fútbol. Como la cerveza y el vino, distintos ambos, pero al final ambas bebidas son alcohol.
Los primeros 15 minutos tras el saque inicial fueron notables sobre todo por lo poco destacables que fueron.
A pesar de que Guardiola se mostró muy consciente en la rueda de prensa previa al partido. "Me encanta pensar demasiado y crear tácticas estúpidas", comentó. El City no salió con tácticas estúpidas ni inventos.
Salió Guardiola con su habitual 4-3-3, con Joao Cancelo en la derecha en lugar del sancionado Kyle Walker y Nathan Ake en el lateral izquierdo.
La única sorpresa fue que Phil Foden no pudo encontrar un puesto de titular en la delantera, donde Guardiola salió con Raheem Sterling, Kevin De Bruyne y Riyad Mahrez.
Mientras, el Atlético se postró en el césped con un 5-3-2 inicial. El que inventó fue Simeone que renegó de su 4-4-2 tradicional.
Primer dibujo táctico de Simeone durante el partido / Elaboración propia
El planteamiento inicial del "Cholo" fue mantener a los laterales del Atleti en profundidad para defender a los cinco delanteros anchos del City, y luego desplazar a los tres centrocampistas hasta el lado del balón con la esperanza de atrapar a Nathan Aké en la posesión cortándole el paso en tres direcciones.
Esto fue una modificación del concepto utilizado contra el Manchester United en la ronda anterior. Contra el United que cedía más la pelota y que había tenido problemas para cambiar el juego contra una defensa tan estrecha, pero el City no tuvo ese problema.
Superaron esa presión y combinaron con destreza en la banda para generar en el medio un espacio vacío al otro lado. Allí Joao Cancelo y Kevin De Bruyne pudieron hacer lo que quisieron.
De Bruyne se encontraba con facilidad en los medios espacios dejados por la línea de 3 del Atlético / Elaboración propia (ESPN)
Simeone se percató rápido de este bache en la defensa e inmediatamente comentó a Koke un cambio de formación. Un cambio planeado de antemano. Al minuto 20, el Atlético quemó su plan A y dividió a su pareja de delanteros.
Joao Félix y Antoine Griezmann pasaron ahora a ambos lados del centro del campo, en una especie de lateral/volante para contragolpes veloces: el 5-5-0, plano que fue tan criticado tenía su razón de ser: evitar darle tiempo a De Bruyne.
Simeone modifica su dibujo para contrarestar el movimiento de Kevin / Elaboración propia
Esta decisión, incluso para un equipo como el Atlético, de hermetismo extremo en un partido de eliminatoria, sin una línea delantera fue una sublimación del Catenaccio y las bromas a costa de Simeone fueron bastantes.
Sin espacio alrededor de los bordes de la segunda línea del Atlético de Madrid, que ahora es de cinco, el City no pudo hallar los espacios con comodidad y se vio poco profundo, sin mordida.
Sin la amenaza de contraataque de Félix y Griezmann en el centro para ocupar a los centrales del City, John Stones se aventuró cada vez más hacia delante con el balón para intentar sobrecargar las dos bandas de cinco y hallar superioridad, pero no lo lograron...
Hasta que Simeone volvió a cambiar para buscar una victoria, pero aquella muestra de valentía termino por ser su perdición. Porque rompió esa estructura por un 5-4-1 para buscar un contragolpe con Matheus Cunha, pero ese hueco que dejó el brasileño fue el que aprovechó Phil Foden para hacer una genialidad individual y colar un pase a De Bruyne.
El pase que rompe la estructura del Cholo al salirse Kondogbia de la línea de cuatro / Elaboración propia (ESPN)
Al final, el partido mutó por el empuje del City al acorralar al Atlético. Simeone reaccionó y pudo contrarestar el juego posicional de Guardiola, pero precisamente otro cambio en el sistema fue su espada de Damocles al verse superado precisamente por el jugador que intentó tapar desde el minuto 20 del partido.
Tácticamente, el muro del 5-5-0 no fue aburrido, pero para el espectador fue un partido soporífero al ver un equipo llevado contra las cuerdas desde el minuto 15, por eso Simeone acabó ronco y exhausto.
Ahora espera el Wanda Metropolitano para la vuelta.