El pasado fin de semana se volvió a vivir una lamentable escena de violencia en suelo brasileño. Una semana después de los desafortunados acontecimientos entre aficionados del Fluminense y de Boca Juniors en las playas de Copacabana por la previa de la final de la Copa Libertadores, el encuentro entre Coritiba y Cruzeiro se vio interrumpido en los minutos finales del encuentro por una batalla campal entre ambas hinchadas.
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El Estádio Vila Capanema en la ciudad de Curitiba, albergó el encuentro correspondiente a la 34º jornada de la máxima división del fútbol brasileño entre Coritiba y Cruzeiro, en un enfrentamiento decisivo por la permanencia para ambas escuadras.
Cruzeiro, un histórico de fútbol brasileño, llegaba al partido por encima del descenso y no podía fallar ante Coritiba, prácticamente con un pie y medio en la Série B. Además, el actual presidente de la entidad de Belo Horizonte, Ronaldo Nazario, se encontraba en el palco para apoyar a su equipo en las últimas jornadas de la temporada regular.
Conflicto entre las escuadras
Cruzeiro visitaba el Vila Capanema con el objetivo de regresar a la vía de la victoria, puesto que venían de entablar dos derrotas de manera consecutiva que los colocó en la 17º posición de la tabla, lugar de descenso directo a la segunda división del fútbol brasilero.
Asimismo, tras 90 minutos en los que ningún equipo se sacó diferencias, Robson, jugador de Coritiba, fue el encargado de anotar el único gol del encuentro para darle la victoria 1-0 a su equipo. Los hinchas del Cruzeiro empezaron a saltar los alambrados para invadir el campo de juego de la ciudad de Curitiba, en razón de protesta con la directiva por los malos resultados obtenidos en las últimas jornadas.
Fanáticos del Coritiba replicaron la conducta y también saltaron al terreno de juego, dando inicio a una de las escenas más lamentables del fin de semana, puesto que comenzó una pelea incontrolable que pudo llegar a su fin tras la intervención policial.