El regreso de Cristiano Ronaldo a Old Trafford fue frustrante tanto para él como para los aficionados, que vieron como el astro portugués iniciaba el partido desde el banquillo al lado de Raphael Varane. Una imagen que no auguraba nada bueno para el debut del nuevo entrenador, Erik ten Hag. Y nada bueno salió. El Manchester United cae derrotado en la primera jornada de la Premier por 1-2.
Temporada nueva, entrenador nuevo, nombres nuevos, proyecto nuevo... pero la decepción es ya un jugador titular en Old Trafford. El enigma del United no está resuelto para los entrenadores que toman al club: ni Solksjaer ni Rangnick y ahora Ten Hag han podido dar con la tecla para reanimar a un United que no parece tener salvación.
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Y es que, el Brighton de Graham Potter, en los primeros 45 minutos, lograron imponerse con un contundente 0-2. Con Trossard haciendo daño por la izquierda, Welbeck y sus movimientos por todo el frente de ataque, y un Pascal Gross que firmó su doblete. El United no tenía soluciones en el campo ni con la pelota ni sin ella.
Los locales intentaron darle la vuelta en la segunda mitad. Comenzaron a encerrar al equipo de las gaviotas desde la decisión de sacar a Cristiano Ronaldo del banquillo. El luso dio cierta vida al equipo con su entrada. Sin embargo, pese a su entranda y la fortuna en el gol del 1-2, obra de Mac Alister en propia puerta, el equipo no halló los caminos hacia el gol y cuando pudo hacerlo, el arquero Robert Sánchez era un muro infranqueable para los delanteros del United.
El Manchester fue incapaz de arañar un punto en su estadio y la vida parece seguir igual en Old Trafford, no importa quién se siente en el banquillo. Las derrotas se apilan en Old Trafford, un desastre más.