El cantante puertorriqueño Luis Miguel llegó este 12 de febrero a Caracas y lo que se esperaba que fuera el espectáculo del año, resultó ser un caos antes, durante y después del show. Y es que desde tempranas horas, usuarios de las redes sociales manifestaban su disgusto por la mala organización en el Estadio Monumental Simón Bolívar por parte de la productora Invershow.
NOTAS RELACIONADAS
A través de las redes sociales, la empresa recalcó en reiteradas ocasiones que la apertura de puertas sería a las 3 de la tarde, lo que terminó convirtiéndose en largas colas hasta pasadas las 8 de la noche, el espectáculo pautado para las 9 de la noche, otro de los puntos en el que hicieron énfasis, inició 22 minutos más tarde porque hasta el momento seguía gente ingresando al lugar.
En X (antiguo Twitter), reportaron que personas mayores tuvieron que vender su entrada debido a que no podían realizar la kilométrica caminata hasta el punto de ingreso, aspecto que desmonta la versión de Invershow sobre trasladar en vehículos a las mujeres embarazadas y los adultos mayores.
“Es inaudito. Gente mayor vendiendo sus entradas porque es irracional los kilómetros de cola generados por los organismos del estado que pretenden ingresar 50 mil personas en fila uno a uno y sin organización ni servicio alguno. Más de uno terminará con temas renales”, se lee en la plataforma digital. Asimismo, destacan que, la organización de un Caracas-Magallanes ha estado por encima de este concierto.
Vale comentar que, esto sucedió en todas las zonas que ofrecía el show, pues de acuerdo a las declaraciones de una fanática de “El Sol de México”, la producción no se encargó de darle una mejor atención a los puestos más privilegiados, como el de ella que estaba ubicado en Diamante, un boleto que costó $1.500.
“A pesar de que llegué súper temprano, el ingreso al estadio fue caótico en supremacía, hicimos 3 colas de hora aproximadamente para terminar entrando a empujones sin que nadie absolutamente nadie te escaneara tu QR, pude haber entrado sin pagar y no pasaba nada. Por lo que para mí le pongo un 00 en la boleta a Invershow y MiTickera”, relata una asistente al evento. Este comentario se replica, pues varios criollos criticaron que no hubo un control al momento de chequear los tickets.
A pesar de que una vez que comenzó el espectáculo que tuvo una duración de 1 hora y 40 minutos, a todos se les olvidó el caótico ingreso, pues se concentraron en corear los éxitos del boricua, la alegría volvió a desvanecerse cuando llegó la hora de abandonar el lugar, ya que por no contar con un estacionamiento, se convirtió en una insoportable tranca lo que dificultó la salida y muchos reportaron que duraron casi dos horas para irse.
La típica frase "¿Y pal fresco?"
Como ha sucedido en otros acontecimientos de la ciudad capitalina, denunciaron que autoridades venezolanas y miembros del equipo de seguridad del evento, estaban cobrando hasta $10 por persona para permitirles el acceso más rápido y así pudieran ahorrarse la espera bajo el sol picante que había en la ciudad.
Asimismo, quedó más que claro que para disfrutar había que ir con “mucho billete”, pues los servicios de bebidas y comida que ofrecían contaban con unos precios exorbitantes. De acuerdo a una imagen publicada en las plataformas digitales, los servicios de licor iban desde los $650 hasta los $6 en los que ofrecían whisky, ron, vodka y champagne. En el caso de otras líquidos como el agua, tenían un valor de $5 la de 355 ML.
No obstante que fue un viacrucis poder salir del Monumental, seguidores del intérprete de “La Bikina” rechazaron los altos costos del estacionamiento en el que cobraban $10. Sin duda alguna, esto queda como aprendizaje para las próximas productoras que planean llevar a los artistas al estadio de La Rinconada el cual abre sus puertas para este tipo de sucesos a partir de este 2024.
Próximamente, serán los colombianos Maluma y Karol G los que pisen este sitio el 24 de febrero y los días 22 y 23 de marzo, respectivamente. Cabe destacar que, el de “Felices los 4” también es traído por la empresa Invershow, por lo que es un jalón de orejas para los organizadores que deben ponerse las pilas para no cometer una vez más todos estos errores.