La mala racha de los Medias Rojas de Boston contrasta drásticamente con el impulso que traían al dejar su casa, donde habían logrado una racha de cinco victorias consecutivas, incluyendo una barrida a los Yankees. La situación del equipo se vio significativamente alterada tras el traspaso de Rafael Devers a los Gigantes. Aunque el equipo del piloto Alex Cora (con un récord de 40-42) comenzó la gira con un prometedor 3-1, el resto del viaje se convirtió en una espiral descendente, culminando con cinco reveses consecutivos. Para revertir este panorama, los Medias Rojas necesitan ajustes en varios frentes.
El impacto de la salida de Devers en la ofensiva
Desde la partida de Rafael Devers, la ofensiva de Boston ha mostrado una notable disminución. En los nueve partidos posteriores al canje, el equipo ha promediado apenas 3.11 carreras por juego, en comparación con las 4.84 carreras que anotaban antes. El OPS del equipo también ha sido el peor de las Grandes Ligas desde el traspaso.
Para revitalizar el ataque, se espera que Jarren Durán recupere su nivel, ya que su velocidad y capacidad atlética son clave para el equipo. Además, la llegada de jóvenes prospectos como Roman Anthony y Marcelo Mayer podría inyectar la energía necesaria. Mayer ha mostrado señales de estar listo en el plato, mientras que Anthony, aunque busca su primer juego de múltiples hits, ha hecho buenos contactos.
Desafíos en el pitcheo y el bullpen
En el montículo, Walker Buehler, quien se proyectaba como una pieza fundamental de la rotación, ha decepcionado con una efectividad de 6.29 en 13 aperturas, mostrando problemas de comando. Una buena noticia en el horizonte es la posible activación del relevista derecho Jordan Hicks, quien se recupera de una inflamación en un dedo del pie. Su incorporación sería crucial para un bullpen que necesita brazos confiables en situaciones de alta presión.