La jornada de este viernes ha enfrentado por segundo día seguido a Cardenales de Lara con los Caribes de Anzoátegui, o dicho en otras palabras el primero versus el último de la clasificación. Y es que el presente que viven ambas novenas es totalmente opuesta, incluso con su racha de partido.
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El conjunto crepuscular llegó a este choque en el Chico Carrasquel con dos triunfos al hilo y con la intención de aplicarle su sexto revés consecutivo a la Tribu. De ahí a que el manager Henry Blanco haya apostado por tener a su abridor estrella para esta noche: Raúl Rivero.
El oriundo de Cumaná se ha caracterizado por ser un auténtico dolor de cabeza para los bateadores en más de una década de acción en la LVBP, y para esta zafra no ha sido la excepción. De hecho, hasta los momentos no registra derrotas luego de seis presentaciones, teniendo una marca de 3-0.
Pero más allá de ese notable rendimiento que continúa aplicando semana tras semana, el centro de atención para esta ocasión se sitúa en su cantidad de ponches. Para esta salida, Rivero liquidó a Víctor Reyes y José Azocar para alcanzar los 500 abanicados de por vida en la pelota criolla, convirtiéndose así en el único lanzador activo y el cuarto lanzador de Cardenales con dicha cifra.