Si el tópico de una conversación trata sobre los más destacados lanzadores venezolanos de siempre en las Grandes Ligas, es imposible pretender olvidar el nombre de Freddy García, ese espigado baruteño que destacase a lo largo de su trayectoria profesional, el mismo que como novato de alto valor en su momento fue canjeado por uno de los más legendarios de todos los tiempos, Randy Johnson.
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Tras ese cambalache logró establecerse en 1999 en la rotación de los Marineros de Seattle para convertirse en el “Torpedo”, llegando 2do en el Premio a Novato del Año, además de establecer la marca de más lauros para un pitcher venezolano en una temporada, 17, superada por él mismo en 2001 cuando se impuso durante 18 ocasiones.
Con los nautas cumplió un excelente periplo para luego trasladarse a los Medias Blancas de Chicago, siendo uno de los iniciadores pilares en la rotación y colaborador de primer orden para que Oswaldo Guillén se convirtiese en el primer mánager latinoamericano en ganar la Serie Mundial.
Esos son solo parte de los destacados pergaminos que acumuló durante una dilatada trayectoria de 15 años en el mejor beisbol del mundo, donde al término de su recorrido lo hizo como el escopetero criollo más laureado de todos, 156, cifra eventualmente superada por su paisano Félix Hernández y por coincidencias, curiosidades de la vida también como figura de los Marineros y de paso, con el mismo número, 34.
Como vemos, se trata de un personaje preponderante, por eso nuestra sorpresa cuando este jueves lo vimos en el Estadio Universitario durante la jornada de prácticas de los Tiburones de La Guaira, previo al compromiso con Águilas del Zulia; la interrogante de nuestro lado fue inmediata: ¿ahora que Oswaldo Guillén retornó como mánager de los escualos, será que se trajo al “Torpedo” con posibles intenciones de hacerlo técnico?
Al respecto, esto comentó en exclusiva para la marca Meridiano:
“Por ahora solo vine a saludarlo, tenía tiempo sin verlo (a Ozzie), desde hace tres meses en Chicago; yo recientemente estaba en Maracay y pasé a saludarlo, también a los muchachos para conocer a muchos de ellos porque tenía tiempo que no venía al Universitario”.
¿Y a qué te has dedicado luego de cumplir tu ciclo como pelotero activo?
“De todo un poco, he trabajado en academias de beisbol pero en estos momentos estoy exclusivamente dedicado al golf, ese es mi pasatiempo favorito”.
¿En algún momento podríamos verte como profesional del golf?
“Estamos en eso (risas), uno nunca sabe dónde estará mañana, por ahora estamos en el golf y con el tiempo veremos qué se hace, cómo se desarrollan las cosas”.
¿Qué encuentras más complicado, lanzar en una Serie Mundial o lograr un hoyo en uno?
“El hoyo en uno y el golf (risas), la pelota no se mueve, está ahí pero al final no sabemos dónde terminará, tiene una similitud con pitchear si te fijas”.