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El conjunto de los Leones del Caracas dividió la serie de dos compromisos en Barquisimeto, tras imponerse por la mínima 3-2 a Cardenales de Lara en un juego que se definió por pequeñas cosas.
Wilfredo Boscán:
Lo primero que hay que resaltar es el gran trabajo de Wilfredo Boscán, quien había trabajado en todo el Round Robin como relevista, no obstante, hoy le dieron la responsabilidad de abrir y respondió con creces a la confianza del manager Alguacil.
El derecho trabajó cuatro episodios completos de manera magistral, tras permitir solamente cuatro indiscutibles, sin anotaciones y ponchando a a cinco oponentes. Aparentemente, el dirigente melenudo no lo dejo otro episodio, para no exigirle demás porque se encontraba en el bullpen anteriormente.
De hecho, permitirle solamente dos rayitas en nueve innings a un equipo que batea, para .315,habla de la gran actuación, no solamente de Boscán, sino de todo el cuerpo de lanzadores caraquistas. Los únicos que se equivocaron fue Gudiño con un sólo pitcheo que le costó un jonrón y Vizcaya que (extrañamente) se complicó en el noveno, sin embargo, resolvió de gran manera.
Paciencia:
Los toleteros capitalinos son conscientes de que les ha costado dar el batazo oportuno y ya habían dejado tres en base sin outs en los pirmeros innings. Por ende, en el séptimo fueron sumamente pacientes y recibieron dos pasaportes con las almohadillas congestionadas, para voltear el choque parcialmente 2-1, buscando el lauro de cualquier forma.
El as bajo la manga:
Leones encontró en Gabriel Lino un as bajo la manga y el derecho volvió a conectar otro bambinazo viniendo como emergente en el octavo, una conexión que sería la diferencia en la pizarra final, debido a que Lara anotó otra en el noveno y el duelo quedó 3-2.