Harold Capote Fernández
Por espacio de 15 temporadas, Melvin Mora fue parte de los Navegantes del Magallanes. Para el momento de su última participación como integrante de la tripulación, eran cuatro los años que tenía sin colocarse el uniforme turco.
Hoy hace 10 años ya de ese emotivo momento. Hace década el muchacho de Agua Negra dijo adiós a su ilustre carrera como pelotero profesional.
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Para alguien que fue pieza fundamental de la mejor década (los 90), en la historia de este importante conjunto, el momento de decir adiós tenía que ser, y en efecto lo fue, en un duelo contra el más importante rival de los Eléctricos, los Leones del Caracas.
La noche del miércoles 28 de diciembre de 2011, a flor de piel estaban las emociones de todos los presentes en el Estadio José Bernardo Pérez de Valencia. La verdad parecía mentira que ese momento podía llegarle también a Melvin Mora, por mucho tiempo unos tantos olvidamos que él también es un mortal.
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Por un momento todos en el ámbito nacional se pusieron de pie, el yaracuyano chocó con mucha fuerza un envío del relevista zurdo caraquista, parecía que la esférica abandonaría el parque pero finalmente aterrizó en el guante del jardinero central.
Aunque en ese partido final no pudo conectar imparables, igualmente se llevó la ovación perpetua brindada por el público. La carrera de Melvin terminaba del modo que mayormente la caracterizó, con su distintiva sonrisa dibujada en el rostro.
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Con los Navegantes tres veces fue campeón. Él cambió el rumbo de la nave en la primera Final de los Eternos Rivales, sin su espectacular atrapada era muy probable que el Magallanes cediera en ese primer duelo finalista ante el Caracas.
Por su juego alegre y personalidad pícara, por siempre será uno de los favoritos en el mundo de los bates, guantes y pelotas.