En el ámbito del deporte de los bates, guantes y pelotas suele ocurrir la imprecisión sobre el poder con el madero y la consistencia jonronera; ciertamente que para batear cuadrangulares de modo reiterativo se requiere fuerza, una alta cantidad no es sinónimo de fortaleza física y el caso de Miguel Cabrera es un ejemplo que entra en esa realidad.
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Entre 2003 y 2017 el Señor Miggy promedió 30.8 vuelacercas, pero desde 2018 a la fecha bajó hasta 7.83. Entonces, ¿por tan notoria diferencia podemos aseverar que él no tiene fuerza para batear? Es evidente que la respuesta adquiere matiz negativa.
Aunque ya no es el jonronero de antaño, el de Maracay todavía puede mandar la bola lejos y eso lo apreciamos particularmente en la distancia recorrida por 7 de sus últimos 10 vuelabardas más largos.
Contando desde 2020, fue en ese año cuando consiguió un tablazo que recorrió 450 pies, dado el 24 de septiembre ante el serpentinero Kris Bubic de los Reales de Kansas City; a ese le sigue uno contra Lucas Giolito, en ese entonces de los Medias Blancas de Chicago, cuadrangular de 445 pies logrado el 27 de abril de 2021.
Continúan dos de 438 pies, el primero lo sonó el 23 de septiembre de 2020 vs Kenta Maeda de los Twins de Minnesota, mientras coincidencialmente, el segundo también fue sacado ante un escopetero de los gemelos, Bailey Ober este 15 de agosto.
El 1 de mayo del año pasado a Phil Bickford de los Dodgers de Los Ángeles se la sacó a 426 pies; a James Kaprielian de los Atléticos de Oakland a 423 pies el 1 de septiembre de 2021, y contra Jack Flaherty de los Cardenales de San Luis el 24 de agosto de 2021, fecha en que la esférica recorrió 422 pies.
Por cierto, que el vuelacercas contra Bailey Ober fue su número 509, el 255 en condición de visita, 1 más que los 254 dados como home club.