Al menos en los últimos 2 años, Anthony Volpe ha sido catalogado como el mejor prospecto en las eficientes granjas de los Yankees de Nueva York; durante los recientes pasados juegos de entrenamiento el muchacho próximo a cumplir 22 primaveras, le ganó la posición de campocorto titular al venezolano Oswald Cabrera, igualmente un talento de alta cotización.
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Para el nuevo jugador de la posición defensiva número 6 de los bombarderos, sus tres primeros encuentros en las Grandes Ligas han sido de ensueño, y no se dejen llevar por el promedio de bateo que ostenta hasta ahora, .222.
Volpe ha apelado a otras herramientas ofensivas para poner su granito de arena en 2 de las 3 victorias conseguidas por su elenco ante los Gigantes de San Francisco; se trata de una acción, una estadística que viene en desuso en esta época sabermétrica de la pelota.
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El nativo de Nueva Jersey en la velocidad de sus piernas y habilidad para leer los movimientos de los monticulistas contrarios, encontró y aprovechó las oportunidades para hacerse de 1 base robada en cada compromiso de esa serie inaugural.
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Durante el primer juego, se estafó la segunda base ante la batería de Logan Webb y Roberto Pérez; para el segundo compromiso también se hizo de la intermedia, esa vez contra Alex Cobb y el mismo Pérez; en el choque 3 se anexó la antesala ante Sean Hjelle y Blake Sabol.
Todavía es muy temprano, quizás para algunos sea atrevida e incluso ofensiva esta comparativa, pero para que tengan una idea, Rickey Henderson, por mucho el mejor estafador de la historia con 1.406, completó sus 3 primeras bases robadas en el quinto duelo de su carrera.
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Por su puesto, no afirmamos que Anthony Volpe va por el mismo camino que el inmortal Henderson, pero es un buen punto de referencia que da valor agregado a lo conseguido por el nuevo chico que ha llegado a la franquicia más exitosa del deporte de los bates, guantes y pelotas.