Harold Capote Fernández
La producción de receptores de alta proyección, proveniente de las canteras del beisbol menor venezolano, vive quizás su mejor momento de siempre. Actualmente son tres los catchers criollos catalogados como las mejores promesas de sus organizaciones en el sistema MLB.
Ellos son Diego Cartaya de los Dodgers de Los Ángeles, Francisco Álvarez de los Mets de Nueva York y Gabriel Moreno de los Azulejos de Toronto, de él hablaremos en este texto.
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Nativo de Barquisimeto, este muchacho nacido el 14 de febrero de 2000, es catalogado como uno de los fichajes internacionales más inteligentes por parte de la organización canadiense en los últimos años.
Batea y lanza a la derecha, mide 1.80 metros, pesa 72.5 kilos.
Por su rúbrica los Azulejos desemobolsaron una cifra baja, 25.000 dólares, el 3 de agosto de 2016, viendo en él las herramientas fundamentales y el atletismo para convertirse en un receptor.
Cinco años después, Moreno es uno de los jugadores jóvenes más intrigantes de la organización, y los equipos de todo el béisbol están tomando nota rápidamente de lo que Toronto ha visto durante años, se lee en su reporte en el portal mlb.com.
Después de un duro debut en la Liga de Verano Dominicana en 2017, el máscara mostró un notorio ascenso con el madero durante 2018, jugando ya en el sistema de granjas en los Estados Unidos. Su average pasó de .248 a .359 entre un año y el otro.
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Para 2019 fue asignado a tiempo completo a la categoría Clase A, ahí el chico se puso directamente en el mapa de prospectos al batear .280 con 12 jonrones y un OPS de .823 en 82 juegos.
El año pasado, simplemente fue intratable desde el aspecto ofensivo, logrando un comienzo fulminante al ligar para .373 de average,.441 en porcentaje de embasado, .651 de slugging y 8 jonrones en 32 juegos en Doble A New antes de sufrir una fractura de pulgar en junio.
En el sitio de entrenamiento alternativo en 2020, Moreno no sólo hizo girar las cabezas de los entrenadores. Sus compañeros alabaron al joven receptor, que hacía un contacto más fuerte y conducía la bola por el aire de manera consistente con su swing rápido y compacto.
Con un bajo índice de ponches y boletos, tiene la hablidad de poner muchas pelotas en juego con su muy avanzada coordinación mano-ojo y ha agregado aún más poder a medida que ha madurado en el juego profesional. Debería estar por encima de la media tanto en la categoría de bateo como en la de potencia, un escenario aterrador teniendo en cuenta su posición.
Detrás del plato, es su rapidez y atletismo lo que más atrae a los evaluadores. Esas habilidades, junto con un brazo superior a la media, son las que dan confianza a los Azulejos en su prospecto como receptor no sólo hoy, sino también en su desarrollo futuro.
Moreno es joven y aún tiene desarrollo por delante, aun le queda camino que recorrer para convertirse en un titular de las Grandes Ligas. Incluso con el tiempo perdido debido a las lesiones de este año, es joven y parece que no está lejos de ayudar a Toronto al máximo nivel.
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Se ha convertido en uno de los prospectos de receptor más emocionantes del juego antes de cumplir los 22 años.
En 4 campañas en las Menores ostenta promedio de .308 (724-223), porcentaje de embasado de .358, .499 de slugging, OPS de .857 con 24 cuadrangulares, 48 dobles, 9 triples, 150 empujadas y 110 anotadas en 191 partidos.
Durante dos torneos en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, promedia para .325, con .434 en porcentaje de embasado, .433 de slugging, .867 de OPS, par de vuelacercas, 5 dobles, 19 remolques, 23 anotaciones en 36 juegos con el Cardenales de Lara.