La evolución constante del virus de la COVID-19 ha dado lugar a la aparición de nuevas variantes, y una de las más recientes en captar la atención es la XFG, popularmente conocida como Stratus. Sin embargo, lo que realmente ha generado curiosidad y debate es el peculiar apodo de "Frankenstein" que se le ha atribuido. ¿Cuál es el motivo detrás de esta inusual denominación?
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Motivo por el que la apodan "Frankenstein"
El corazón de la razón por la que la variante Stratus ha sido bautizada como "Frankenstein" reside en su origen genético. A diferencia de otras variantes que surgen por mutaciones graduales de una única cepa, Stratus (XFG) es el resultado de la unión de dos variantes preexistentes y distintas: la LF.7 y la LP.8.1.2.
Esta mezcla o "recombinación" de material genético de dos linajes diferentes es lo que ha provocado la analogía con el famoso monstruo de la literatura. La novela de Mary Shelley, "Frankenstein o el moderno Prometeo", narra la historia de una criatura ensamblada a partir de diversas partes de cuerpos. De manera similar, la variante Stratus es una "creación" viral compuesta por fragmentos genéticos de dos variantes que existían de forma independiente.
La transmisión constante del virus entre individuos, y la posibilidad de que una persona se infecte con dos variantes diferentes simultáneamente, aumenta la probabilidad de que se produzcan este tipo de fusiones genéticas. Cuando esto ocurre, el material genético de ambas variantes puede combinarse, dando lugar a una nueva cepa con características propias, como es el caso de Stratus.
Stratus: Una variante de rápido crecimiento
Más allá de su singular nombre, la variante Stratus (XFG) ha captado la atención de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a su rápido crecimiento. La OMS ha advertido que Stratus "está creciendo rápidamente en comparación con las variantes que circulan a nivel mundial", lo que la convierte en un objeto de monitoreo constante.
A finales de mayo de 2025, Stratus ya representaba un significativo 22,7% de los casos de COVID-19 registrados a nivel global, con una presencia notable en Europa, América y Asia-Pacífico. En países como el Reino Unido, el sublinaje XFG.3 ha llegado a constituir el 30% de los casos de COVID-19 detectados en las últimas semanas, lo que subraya la eficiencia de su propagación.
Síntomas y riesgos asociados
Aunque el apodo de "Frankenstein" sugiere una naturaleza temible, la OMS no considera que Stratus (XFG) represente un mayor riesgo para la salud en comparación con otras variantes. Sin embargo, su rápida capacidad de contagio es un factor a tener en cuenta.
El síntoma más distintivo de esta variante, según los expertos, es la ronquera, que se manifiesta como una voz áspera o rasposa. Además, Stratus comparte la mayoría de los síntomas clásicos de la COVID-19, como fiebre, dolor de garganta, tos seca, fatiga y malestar general.