El principal factor asociado al desarrollo de la demencia es el envejecimiento, pero un enfoque que poco se le ha dado relevancia es esta enfermedad en edades tempranas, es decir, antes de los 65 años. Científicos de la Universidad de Exeter y la Universidad de Maastricht han identificado 15 factores de riesgo similares a los de la demencia de aparición tardía.
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Sugieren que es posible reducir las probabilidades de demencia de aparición precoz si mejoras el estilo de vida y la salud. Los resultados del estudio, publicados en JAMA Neurology, cuestionan la hipótesis de que la genética es la única causa de la enfermedad y sientan las bases de nuevas estrategias de prevención. Aproximadamente del 5 % al 6 % de las personas con enfermedad de Alzheimer presentan síntomas antes de los 65 años.
Los investigadores siguieron a 356.052 participantes del Biobanco del Reino Unido menores de 65 años que estaban cognitivamente sanos al inicio del estudio y evaluaron una amplia gama de factores de riesgo, desde predisposiciones genéticas hasta influencias del estilo de vida y el medio ambiente.
El estudio reveló que problemas de salud como la carencia de vitamina D, la depresión, los accidentes cerebrovasculares, las discapacidades auditivas y las enfermedades cardíacas aumentan significativamente el riesgo de demencia de aparición precoz.
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Los investigadores han observado que se han realizado pocos estudios sobre la demencia de aparición precoz, a pesar de que cada año se detectan unos 370.000 nuevos casos en todo el mundo. El Dr. Stevie Hendriks, de la Universidad de Maastricht, estudia este fenómeno y ha descubierto en investigaciones anteriores que las personas con demencia de aparición precoz experimentan síntomas que podrían indicar que están desarrollando demencia en los cinco años anteriores al diagnóstico.
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La demencia de aparición precoz tiene graves consecuencias porque las personas afectadas suelen seguir teniendo trabajo, hijos y una vida activa. A menudo se asume que la genética es la causa, pero para muchas personas se desconoce la causa exacta. Por eso el experto quiso investigar otros factores de riesgo en este estudio.
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Sebastian Köhler, catedrático de Neuroepidemiología de la Universidad de Maastricht, afirma que: " Además de los factores físicos, la salud mental también desempeña un papel importante, como evitar el estrés crónico, la soledad y la depresión. Me sorprendió que esto también sea evidente en la demencia de inicio precoz y pueda ofrecer oportunidades para reducir el riesgo en este grupo."
"Nuestra investigación abre nuevas vías al identificar que puede reducirse el riesgo de demencia de inicio precoz. Creemos que esto podría anunciar una nueva era en las intervenciones para reducir los nuevos casos de esta afección", afirma la Dra. Janice Ranson, investigadora principal de la Universidad de Exeter.