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Durante su primer encuentro con los miembros del Colegio Cardenalicio, el Papa León XIV explicó el significado detrás de la elección de su nombre, y es que, expresó que el mismo está inspirado por León XIII, quien abordó los temas sociales en el contexto de la primera revolución industrial con la encíclica Rerum Novarum. El nuevo pontífice expresó que su elección busca responder a los desafíos actuales, marcados por los avances tecnológicos y el impacto de la inteligencia artificial en la humanidad.
León XIV considera que el mundo atraviesa una nueva etapa de revolución industrial, ahora impulsada por la automatización, la robótica y el desarrollo de la inteligencia artificial, estos cambios tecnológicos, indicó, generan desafíos éticos que la Iglesia no puede ignorar.
El Santo Padre reafirmó su intención de continuar con la línea trazada por el Concilio Vaticano II, promoviendo una Iglesia abierta, dialogante y comprometida con los signos de los tiempos. Además, recordó los fundamentos del pontificado de Francisco, particularmente en la exhortación Evangelii Gaudium.
Con humildad, el papa León XIV reconoció que la responsabilidad que ha asumido es inmensa y que no puede afrontarla solo, por lo que agradeció el respaldo de los cardenales y destacó el papel clave que muchos de ellos han tenido durante la sede vacante. Su mensaje fue claro: la guía espiritual del pontífice debe ser sostenida por el acompañamiento, la oración y la corresponsabilidad pastoral de todos los que conforman la Iglesia.
En su discurso, León XIV también evocó el legado espiritual de Francisco, valorando su estilo de vida sencillo, centrado en el servicio y en la fe confiada en Dios, lo describió como un pastor que vivió su misión con entrega y humildad. Además, citó un pasaje bíblico para recordar que Dios no siempre habla a través de grandes gestos, sino en el “susurro de una brisa suave”.