Aunque se retiró de las canchas hace años, Michael Jordan sigue demostrando que su habilidad para anotar grandes victorias no se limita al baloncesto. El ícono del deporte ha demostrado ser un maestro en el arte de los negocios, acumulando una fortuna envidiable incluso mucho después de colgar sus zapatillas.
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El pasado mes de junio marcó otro hito impresionante en la carrera financiera de Jordan, cuando vendió sus acciones en los Charlotte Hornets por una suma astronómica de más de 3.000 millones de dólares. Esta venta no solo demuestra su destreza en la inversión deportiva, sino también su influencia duradera en el mundo del baloncesto.
Pero eso no es todo. El “Air Jordan” sigue siendo un nombre sinónimo de éxito en el mundo de la moda deportiva. Su “contrato de por vida” con Nike es un testimonio de su impacto perdurable. En el último año solamente, este contrato le reportó ingresos por la impresionante cifra de 255 millones de dólares, asegurando su posición en la cima de los atletas mejor pagados.
Además de su relación icónica con Nike, Jordan ha tejido una red de acuerdos comerciales con marcas de renombre mundial. Desde Hanes hasta Gatorade, pasando por Chevrolet, McDonald's, Ball Park Franks, Wheaties, Rayovac y Upper Deck, cada uno de estos vínculos contribuye a mantener su presencia en la mente de los consumidores.