Con una rápida evolución, en menos de doce horas Otis pasó de tormenta tropical a huracán de categoría 5, que es la más alta en la escala de Saffir-Simpson que mide la fuerza de los huracanes. Alrededor de la medianoche del martes 24 al miércoles 25 tocó tierra en las costas de Acapulco como huracán 5 y con ráfagas de viento de hasta 270 mk/h, causando estragos en esa región turística.
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Para la mañana de este jueves ya Otis se ha degradado y ahora solo es un remanente con centro en Michoacán, a unos cuantos kilómetros de Acapulco en el estado de Guerrero, México. Ahora las autoridades trabajan en ayudar a las personas atrapadas en Acapulco, puesto que la ciudad quedó completamente incomunicada tras el paso del huracán.
Las telecomunicaciones sufrieron interrupciones y al menos 500 mil usuarios quedaron sin energía eléctrica y distribución de agua y aunque ya se han estado restableciendo estos servicios de forma progresiva, sigue siendo bastante complicado llegar a Acapulco por aire, mar o tierra. Varias secciones de carretera están cortadas y las autoridades tienen especial preocupación por la llamada carretera del Sol, que es la principal vía por tierra para llegar a Acapulco.
Aún las autoridades aún no han reportado un balance oficial de los daños causados por Otis en esa ciudad, aunque para esta hora del jueves ya varios medios de comunicación mexicanos han reportado que las cifras alcanzan el millón de afectados. Pese a que sigue siendo complicado llegar a la región debido a la afectación de las carreteras y los riesgos de deslave, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se dirigió hasta la zona de desastre para conocer de primera mano la situación actual.
Aunque no se han reportado pérdidas humanas, en redes sociales ya han comenzado a circular videos de la zona, donde se puede apreciar que el daño material es bastante alto. Uno de los videos más impactantes de la tragedia muestra cómo uno de los hoteles más lujosos de la región, que es el Hotel Princess Mundo Imperial, quedó reducido a escombros tras el paso de Otis.
Al ser una zona turística, durante el paso del huracán se encontraban en la región no solamente sus propios habitantes, sino también miles de turistas que esperaban unas vacaciones soleadas en uno de los destinos costeros más populares de México. Sin embargo, la rápida evolución de Otis tomó por sorpresa a propios y visitantes de toda la región, que poco pudieron hacer para huir del escenario del desastre.