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El reciente hallazgo de un crematorio clandestino en el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha causado conmoción en México. Desde el pasado 5 de marzo, cuando el colectivo Guerreros Buscadores denunció la existencia del sitio, se ha generado un gran debate sobre la magnitud de la violencia en la región y la posible omisión de las autoridades en la investigación previa de estos crímenes.
Las imágenes del lugar han sido comparadas con escenarios de atrocidades históricas, como los campos de concentración. La Fiscalía del Estado de Jalisco confirmó el descubrimiento de varios puntos dentro del rancho donde se encontraron restos humanos y cientos de evidencias personales.
Las investigaciones en el predio han revelado datos alarmantes, y es que, según la Fiscalía estatal, en el sitio se localizaron al menos seis áreas con restos óseos y más de 500 objetos personales, que podrían pertenecer a víctimas del crimen organizado.
Estos descubrimientos refuerzan la teoría de que el rancho fue utilizado no solo como un punto de exterminio, sino también como un centro de adiestramiento criminal.
La gobernadora Claudia Sheinbaum fue consultada sobre este caso durante la conferencia matutina del 11 de marzo. En su respuesta, calificó el hallazgo como "terrible" y destacó que las autoridades federales ya están en contacto con el gobierno de Jalisco para dar seguimiento a la investigación.
Uno de los aspectos más polémicos del caso es que la Fiscalía de Jalisco ya había realizado un operativo en el rancho Izaguirre en septiembre de 2024, pero no se detectó la magnitud del problema en aquel momento. Ahora, se investiga si hubo negligencia u omisión por parte de las autoridades al no identificar el uso del predio como crematorio clandestino.