La trágica muerte del actor Matthew Perry ha puesto nuevamente en el ojo público a la ketamina. Se trata de un fármaco con un perfil farmacológico complejo y usos tanto médicos como recreativos. Para entenderlo mejor, la ketamina es un fármaco anestésico disociativo, lo que significa que produce una desconexión entre la mente y el cuerpo.
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Originalmente esta sustancia fue sintetizada en la década de 1960. Hasta ahora se ha utilizado ampliamente en medicina como anestésico y analgésico. Sobre todo se usa en procedimientos quirúrgicos menores y en medicina veterinaria. La ketamina destaca en la comunidad médica por su rápido inicio de acción y su capacidad para sedar profundamente.
Estudios relacionados a la Ketamina
En los últimos años, se ha explorado su potencial para tratar trastornos psiquiátricos resistentes como la depresión. De hecho, un derivado de la ketamina, la esketamina, ha sido aprobado para el tratamiento de la depresión resistente a otros tratamientos. Sin embargo, el uso de la ketamina también ha generado controversia.
No es secreto que esta sustancia tiene efectos alucinógenos y disociativos. Estos efectos pueden ser útiles en entornos médicos controlados, pero peligrosos cuando se consume ketamina de forma recreativa. Además, la falta de estudios a largo plazo sobre sus efectos en el cerebro ha generado preocupación entre algunos expertos.
La ketamina como droga recreativa
Conocida como "Special K" o "Kit Kat", la ketamina se ha popularizado como droga recreativa debido a sus efectos alucinógenos y disociativos. Los consumidores buscan experimentar sensaciones de desapego de la realidad, euforia y distorsión de los sentidos. Sin embargo, el consumo de ketamina conlleva riesgos significativos, entre ellos:
Sobredosis, que a su vez puede causar depresión respiratoria y paro cardíaco, especialmente cuando se combina con otras sustancias como el alcohol.
Efectos psicológicos a largo plazo, como problemas de memoria, dificultades de aprendizaje y trastornos mentales.
Dependencia psicológica. La muerte de Matthew Perry ha puesto de manifiesto los peligros del consumo de ketamina. Según las autoridades, el actor estaba recibiendo tratamiento con ketamina como parte de una terapia supervisada, pero falleció debido a una sobredosis.