Este lunes 6 de enero de 2025, Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, anunció su dimisión tras más de nueve años en el cargo. En una emotiva rueda de prensa, Trudeau declaró: “Tengo la intención de dimitir como líder del partido y como primer ministro después de que el partido seleccione a su próximo líder mediante un proceso competitivo y riguroso a nivel nacional”.
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Este anuncio marca un hito significativo en la política canadiense, ya que Trudeau ha sido una figura prominente en el escenario político desde su llegada al poder en 2015. A pesar de su deseo de continuar sirviendo a su país a través de su cargo, el primer ministro reconoció que no es la “mejor opción” para las próximas elecciones, programadas para octubre de este año.
Una decisión por su familia
Durante el anuncio, Trudeau compartió que había reflexionado profundamente sobre su futuro durante las festividades y que había tenido conversaciones significativas con su familia. “Ayer por la noche, durante la cena, comuniqué a mis hijos mi decisión”, comentó, evidenciando la naturaleza personal y emocional de su renuncia.
A partir de ahora, Trudeau permanecerá en el cargo de manera provisional hasta que el Partido Liberal de Canadá elija a su sucesor. En sus declaraciones, enfatizó la importancia del partido en la historia del país y aseguró que un nuevo líder continuará defendiendo los valores liberales.
Logros y desafíos durante su mandato
Trudeau aprovechó la ocasión para reflexionar sobre lo que considera logros de su administración, como la reducción de la pobreza y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, también expresó su frustración por no haber logrado reformar el sistema electoral canadiense, un cambio que, según él, podría haber mitigado la creciente polarización política en el país.
Además, el primer ministro se enfrentó a un ambiente político complicado, donde los desafíos, como el aumento del costo de vida y la inmigración, afectaron su popularidad en los últimos años. Durante su discurso también se refirió a su decisión de prorrogar el Parlamento hasta el 24 de marzo de 2025, evitando así una moción de censura inmediata de los partidos de la oposición.