La agencia reguladora de medicamentos de Estados Unidos dio luz verde este jueves a la primera vacuna del mundo para prevenir el chikungunya, una infección viral transmitida por mosquitos que provoca fiebre y dolor articular.
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La vacuna, que lleva por nombre Ixchiq, está indicada para personas mayores de 18 años que tengan un alto riesgo de exposición al virus, como viajeros, personal militar o humanitario que se desplacen a zonas donde el chikungunya es endémico o hay brotes en curso.
El chikungunya, considerado por la FDA como “una amenaza emergente para la salud global”, se ha extendido desde África y Asia hasta América Latina y el Caribe en los últimos 15 años, registrándose más de cinco millones de casos. Esta enfermedad se caracteriza por presentar fiebre y dolor en las articulaciones, que puede durar meses o años, especialmente en personas mayores y con condiciones médicas preexistentes.
“La autorización de hoy responde a una necesidad médica no satisfecha y es un paso importante en la prevención de una enfermedad potencialmente incapacitante, con opciones de tratamiento limitadas”, afirmó Peter Marks, director del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la FDA.
La vacuna Ixchiq, que fue desarrollada por la compañía austríaca Valvena, se administra en una sola dosis y contiene una versión viva y atenuada del virus del chikungunya, como es habitual en las vacunas, por lo que puede provocar en el receptor síntomas parecidos a los que sufren las personas infectadas.
Para determinar la seguridad y la eficacia de la vacuna, se realizaron dos ensayos clínicos con 3.500 participantes mayores de 18 años en Estados Unidos y otros países. Los efectos adversos más comunes fueron dolor de cabeza, cansancio, dolor muscular y articular, fiebre y náuseas. Se reportaron reacciones graves en el 1,6% de los receptores, de los cuales solo dos requirieron hospitalización.
La vacuna contra el chikungunya se suma a otras vacunas contra enfermedades tropicales que han recibido el visto bueno de la FDA en los últimos años, como la del dengue, la fiebre amarilla y la malaria. Estas vacunas representan un avance significativo en la protección de la salud pública y la prevención de epidemias globales.