Elon Musk ha generado controversia al respaldar la idea de que Donald Trump sea destituido de su cargo como presidente de Estados Unidos y reemplazado por el vicepresidente JD Vance. Este apoyo llega en un momento tenso, tras una serie de ataques que Trump lanzó en su plataforma Truth Social, donde calificó a Musk de "loco" y sugirió recortar los contratos gubernamentales de sus empresas.
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La controversia en redes sociales
En un intercambio reciente, Trump criticó a Musk, afirmando que lo mejor sería "terminar con los subsidios y contratos gubernamentales de Elon". Además, mencionó que Musk estaba "agotado" y que le había retirado su mandato sobre los vehículos eléctricos, alegando que "obligaba a todo el mundo a comprar coches eléctricos que nadie quería".
En medio de esta disputa, Musk respondió afirmativamente a un comentario del comentarista Ian Miles Cheong en X (anteriormente Twitter), quien sugirió que Trump debería ser destituido y que JD Vance debería asumir la presidencia. Esta declaración es notable, dado que Musk había donado más de 260 millones de dólares a la campaña de Trump en el pasado.
La reacción de la Casa Blanca
La Casa Blanca se pronunció sobre la situación y desmintió rumores de una posible llamada entre Trump y Musk. Según informes de la BBC, el presidente no tiene intención de comunicarse con el multimillonario tecnológico en el corto plazo. Además, CBS reveló que Trump está considerando vender su Tesla, un vehículo que compró recientemente para apoyar a la empresa de Musk.
Críticas a las políticas de Trump
La tensión entre Musk y Trump también se centra en el proyecto fiscal propuesto por el presidente, conocido como "Big, Beautiful Bill". Este ambicioso plan incluye recortes fiscales significativos y un aumento en la inversión en defensa y control migratorio. Musk ha criticado este proyecto, argumentando que podría aumentar el ya elevado déficit presupuestario de Estados Unidos y agravar la deuda pública.
El exadministrador del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) también se sumó al debate, afirmando que "sin mí, Trump habría perdido las elecciones". Este tipo de declaraciones solo intensifican las fricciones entre Musk y su antiguo aliado político.
La relación entre ambos ha pasado de ser una alianza estratégica a un enfrentamiento abierto, lo que refleja las tensiones internas dentro del Partido Republicano. A medida que avanza la controversia, será interesante observar cómo estos acontecimientos impactan tanto en la política como en el sector tecnológico.