A medida que el gobierno federal intensifica las redadas del ICE, los estados con alta densidad de inmigrantes, como California, enfrentan una importante fuga de trabajadores. En un reportaje reciente se describe cómo las redadas y la incertidumbre generada han provocado que empleados, tanto documentados como indocumentados, eviten presentarse a sus centros de trabajo, afectando a industrias esenciales como la agricultura, la ganadería y el sector servicios.
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ICE aplica redadas sin importar el tipo de industria
Una reciente redada redujo una plantación lechera en Nuevo México de 55 a tan solo 20 trabajadores, lo que pone en riesgo el abastecimiento de productos lácteos. La subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Tricia McLaughlin, dejó claro que no habrá zonas seguras:
“No habrá espacios seguros para las industrias que albergan a delincuentes violentos o intentan socavar deliberadamente las medidas (de control migratorio). El control en los lugares de trabajo sigue siendo una piedra angular de nuestros esfuerzos”.
Estas declaraciones reactivaron el temor en muchas empresas. “No puedes dirigir un negocio cuando los empleados se encuentran en este nivel de estrés y trauma”, informó Rebecca Shi, directora de la American Business Immigration Coalition.
Inquietud y reducción laboral en California y más allá
En California, la ola de migrantes que evitan sus jornadas laborales se extiende a distintas áreas: desde huertos de fresas en Oxnard hasta cocinas de restaurantes en Los Ángeles. Claudio Gonzalez, chef en Little Tokyo, comentó que muchos de sus colaboradores faltan por miedo a redadas incluso si son residentes legales: “sienten que se basan en el color de la piel”. Mientras tanto, en Washington, a cientos de kilómetros, una cooperativa agrícola ha perdido 130 de 150 recolectores por rumores de operativos inminentes, aunque no se haya registrado ninguna intervención del ICE.
Este pánico afecta sectores cruciales. Por ejemplo, un ganadero de Nuevo México señaló: “No puedes apagar a las vacas… necesitan que las ordeñen dos veces al día”. En California, este patrón se repite en campos de fresas y manufacturas textiles, donde miles de empleados desaparecen ante el temor de ser detenidos.