El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) ha sido señalado por implementar tácticas controvertidas durante sus operativos en comunidades migrantes. Un informe reciente del Immigrant Defense Project (IDP) detalla cómo estas estrategias, que incluyen el uso de manipulaciones y engaños, les permiten acceder a viviendas y recolectar información sin órdenes judiciales.
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De acuerdo con el IDP, los agentes de ICE suelen presentarse con uniformes que imitan los de las fuerzas policiales o, en algunos casos, visten de civil para evitar levantar sospechas. Al no identificarse como funcionarios de inmigración, logran confundir a los migrantes, obteniendo acceso a domicilios o datos personales mediante el engaño.
Tácticas más conocidas
La preparación previa es clave en estas operaciones. El ICE identifica a sus objetivos con antelación y los rastrea en sus hogares, lugares de trabajo, refugios e incluso cortes judiciales. Sus prioridades de arresto incluyen a personas clasificadas como una amenaza para la “seguridad nacional” o la “seguridad pública” y aquellas que hayan ingresado al país sin autorización después del 1° de noviembre de 2020.
Entre las tácticas más criticadas está la presentación de los agentes como detectives, fiscales o incluso oficiales encargados de investigar delitos relacionados con las posibles víctimas. Según el informe, los agentes suelen alegar que un familiar de la persona investigada ha sido víctima de robo de identidad o que se necesita corroborar información en relación con un supuesto crimen. Este enfoque explota la confianza de las comunidades migrantes en las autoridades locales, facilitando el acceso a datos sensibles o al interior de las viviendas.
Llamadas telefónicas falsas
El IDP también destaca el uso de llamadas telefónicas falsas como parte del repertorio del ICE. Estas comunicaciones se realizan con el propósito de ubicar a sus objetivos o recolectar información adicional. Los agentes pueden hacerse pasar por fiscales, representantes judiciales o incluso por funcionarios que supuestamente buscan devolver identificaciones extraviadas. Mediante esta estrategia, logran obtener direcciones, nombres y otra información clave que facilita sus operativos.
Las tácticas descritas han sido ampliamente criticadas por organizaciones defensoras de derechos de los migrantes, que recalcan la importancia de educar a estas comunidades sobre sus derechos legales para evitar ser víctimas de estas prácticas.
Derechos básicos frente al ICE
El IDP enfatiza la importancia de que los migrantes conozcan sus derechos fundamentales al enfrentar interacciones con el ICE. En caso de que los agentes lleguen a un domicilio, el primer consejo es no abrir la puerta sin una orden judicial firmada por un juez. Asimismo, se recomienda no proporcionar información personal, como el lugar de nacimiento o el estatus migratorio.
En espacios públicos, refugios o cortes, los derechos son igualmente claros: las personas tienen el derecho a permanecer en silencio, no responder preguntas sin la presencia de un abogado y evitar entregar documentos extranjeros. Estas precauciones pueden marcar la diferencia en situaciones de alto riesgo.
Preparación ante posibles redadas
El IDP subraya que la preparación es clave para mitigar el impacto de las redadas en las familias migrantes. Entre las recomendaciones esenciales se encuentra la elaboración de un plan de emergencia familiar, que contemple detalles como quién cuidará de los menores en caso de arresto, el acceso a documentos importantes y la comunicación con un abogado de confianza.
Además, se aconseja evitar cualquier interacción con el sistema penal, ya que las huellas dactilares y otros datos compartidos por las fuerzas policiales suelen ser utilizados por el ICE para rastrear y detener a migrantes. También es crucial consultar con un abogado especializado antes de realizar trámites migratorios, como renovaciones de tarjetas de residencia o ajustes de estatus, para evaluar riesgos y minimizar posibles complicaciones legales.