A lo largo de su carrera de Grandes Ligas, Adrián Beltré quizás fue uno de los peloteros más parcos de su tiempo, hombre bastante reservado que rayaba en el mutismo, pero esa no fue la característica de su juego, todo lo contrario, sus aptitudes hablaron bastante, de modo especial con el madero.
Ese fue el principal argumento que rápido le hizo llegar a las Mayores con Dodgers de Los Ángeles, cuando apenas daba sus primeros pasos con persona adulta, 19 años y 78 días por allá en 1998; esas destrezas en el aspecto ofensivo entraron en total sinergia con un alto nivel de consistencia que le permitió tejer una trayectoria de 21 años.
En ella, el de República Dominicana se erigió como el único tercera base de todos los tiempos con al menos 450 cuadrangulares y 3000 hits; completó 477 y 3166; a eso añadió otros importantes registros de bateo, como 636 dobles, 1524 carreras anotadas, 1707 rayitas empujadas, promedio vitalicio de .286, porcentaje de embasado en .339, slugging de .480 y. OPS en .819.
Para más, eso fue de la mano con excelentes cualidades defensivas con las que también acumuló porcentaje de fildeo en .960 tras 2759 partidos en la esquina caliente, compuestos por 23840 entradas; en lapso totalizó 200 carreras defensivas salvadas (DRS por sus siglas en inglés) y de acuerdo a la data del portal Fangraphs, esa no solamente es la más elevada cifra entre antesalista, es la 2da más alta para jugadores de posición.
Imagen: Fangraphs
Son muchos los argumentos estadísticos que llenaron de gloria la carrera de Beltré, por esa razón fue apoyado por el 95.1% de los miembros de la Asociación de Escritores de Beisbol de América (BBWAA por sus siglas en inglés); con ese importante porcentaje se hizo de un nicho en el más sagrados de los recintos para esta disciplina, donde este 21 julio ofreció cortas pero sencillas palabras durante su exaltación.
Adrián Beltré en el Salón de la Fama
“Para mi gente latina. Gracias a todos mis fanáticos latinos”, dijo Beltré en el segmento de su discurso en castellano. “Gracias a toda mi familia de Café de Herrera (en Santo Domingo) donde nací y me crie. Gracias a mi República Dominicana por ese apoyo que siempre he tenido. Siempre orgulloso de ser dominicano y de haber nacido en mi tierra hermosa, Quisqueya la Bella”.
“Algunos de esos años fueron difíciles, pero me hicieron más fuerte”, dijo Beltré. “Me criticaron cuando no jugué bien, pero cuando me iba bien, también me lo dejaban saber”.
Durante su perorata, el quisqueyano evocó cada una de sus etapas como jugador, su tiempo en Dodgers, Marineros de Seattle, Medias Rojas de Boston y Rangers de Texas, donde de modo particular forjó enorme amistad con el de Venezuela, Elvis Andrus, a quien también agradeció:
“Fuiste un dolor de cabeza, pero disfruté de verdad jugar al lado tuyo (en el cuadro interior de Texas) durante tantos año (…) Fue muy divertido, con todo y querías capturar cada elevado para aumentar tu porcentaje de fildeo. Increíble”.
Con su elevación al Templo de Cooperstown, Adrián Beltré unió su nombre junto a Juan Marichal, Pedro Martínez, David Ortiz y Vladimir Guerrero como los únicos de República Dominicana inmortales en el máximo nivel del deporte de los bates, guantes y pelotas.
En esta oportunidad, en el mismo acto fueron consagrados Todd Helton, Joe Mauer y Jim Leyland como mánager.